Madrid - Diez semanas después de las elecciones generales del 28 de abril, Pedro Sánchez ya ha desplegado sobre la mesa el calendario de la investidura con el que pretende volver a ser proclamado presidente del Gobierno español o, si no lo consigue, repetir las elecciones ya en otoño para alcanzar el mismo objetivo. La agenda se ha ordenado a raíz de una fecha, el 22 de julio, cuando el candidato del PSOE acudirá al Congreso de los Diputados, a las 12.00 horas, para exponer ante el pleno su programa de gobierno.
Así lo anunció ayer la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, tras la conversación telefónica previa que mantuvo con Pedro Sánchez, quien excusó su ausencia debido a que las negociaciones que mantienen en Bruselas los jefes de gobierno comunitarios para elegir a los mandatarios de la Unión Europea (UE) se están prolongando más de lo previsto.
Así pues, el contador empieza a correr ese lunes día 22. El pleno se alargará hasta el martes 23 en el que se celebrará la primera votación de investidura, para la que es preceptiva la mayoría absoluta, es decir, al menos 176 síes. La negativa del bloque de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) a facilitar la designación aboca a una primera votación fallida, por lo que deberá celebrarse una segunda, 48 horas después, el 25 de julio (festividad de Santiago apóstol). En esta ocasión, a Sánchez le bastaría con una mayoría simple, más síes que noes, pero tampoco lo tiene garantizado. Dependerá de que Unidas Podemos le preste sus 42 votos, que sumados a los 123 diputados socialistas le dejarían en 165, frente a los 147 que sumarían PP, Ciudadanos y Vox juntos. En esta tesitura, al líder del PSOE le bastaría con la abstención de los nacionalistas vascos y catalanes.
En las últimas semanas Sánchez ha insistido en que se presentará a la investidura sin cerrar apoyos con nadie, ni siquiera con Podemos, y que obligará al resto a retratarse. A la espera de que negociaciones posteriores cambien el panorama (será crucial el desenlace de las conversaciones entre el líder del PSOE y el de Unidas Podemos, Pablo Iglesias), la investidura se vislumbra fallida, en cuyo caso se habilitaría un plazo constitucional de dos meses para que dentro de dicho margen surja un candidato con respaldo suficiente. En estos dos meses puede haber cuantas plenos de investidura se requieran, incluso con candidatos diferentes, pero si ninguna logra el éxito, las nuevas votaciones no harán parar la cuenta atrás hacia la repetición electoral iniciada con la fecha elegida por Sánchez.
nuevas elecciones El calendario, entonces, marca el 23 de septiembre; si antes de este día ni Sánchez ni nadie acumula los apoyos parlamentarios necesarios, se disuelven las Cortes y el BOE publicará otro real decreto de convocatoria electoral. Este se publicaría y entraría en vigor el día posterior al del fin del plazo de dos meses, así que otro círculo rojo en el calendario marca el 24 de septiembre. Y otro círculo más para el 25, porque es justo aquí cuando empiezan a contarse los 47 días que han de pasar antes de fijarse la jornada electoral, el 10 de noviembre. - H. Unzueta