MADRID - “Durante los próximos cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado”. Con esta afirmación, el secretario general del PP, Teodoro García-Egea, trató de apuntalar uno de los principales objetivos de su partido en las elecciones generales del pasado domingo, que se ha visto seriamente comprometido por la debacle histórica sufrida en las urnas. Casado consiguió situar al PP en segunda posición detrás del PSOE y evitar, por tanto, el sorpasso de Ciudadanos, terceros tras pasar por encima de Unidas Podemos. Pero lo hizo a duras penas tras perder 3,7 millones de votos y 71 escaños. Como consecuencia, con un PP en caída libre y C’s en clara ascensión, los de Albert Rivera les disputan desde el minuto uno llevar la voz cantante a la hora de confrontar con Pedro Sánchez. Del mismo modo, ya hay voces del PP que, desde el anonimato y sin elevar mucho la voz, ponen en cuestión la estrategia desplegada por Casado en la campaña, en la que ha asumido el discurso de Vox para competir con el partido de extrema derecha, dejando de lado a los votantes de centro, que se han refugiado en C’s.

En esta tesitura, Pablo Casado se dirigirá a los suyos en el Comité Ejecutivo Nacional que se celebra hoy en la sede del PP en Génova para analizar los resultados. Una cita que se espera con expectación en el seno del partido después de que ayer tan solo saliera a la palestra su número dos. Se espera un ejercicio de autocrítica en este cónclave y que los barones autonómicos no hagan sangre con su presidente estatal, al menos no de forma directa. Las elecciones autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo desaconsejan cualquier tipo de catarsis en el momento actual.

Sin embargo, el capítulo de asistencias y ausencias en el Comité Ejecutivo Nacional puede dar alguna pista del estado de ánimo generalizado. No acudirá el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, adalid del sector moderado, relevo natural para presidir el partido independientemente del momento en que se plantee y que ha alegado que acudirá a la sesión de control en el Parlamento gallego. Feijóo es el único presidente autonómico que compareció en la tormentosa noche electoral del domingo, al igual que lo hizo el presidente del partido en Euskadi, Alfonso Alonso, entre otras cosas para sacar a relucir la fortaleza demostrada por el PP en Galicia, uno de los pocos territorios donde mantuvo el tipo. Por su parte, Alonso reivindicó el centro político como el espacio natural de su partido, abandonado en los últimos meses, desde que Pablo Casado accedió a su presidencia.

Al margen de los movimientos que puedan producirse tras el 26-M, una cita electoral múltiple que se vaticina más propicia para los populares merced al reparto que establece la Ley electoral, dirigentes del PP consultados por Europa Press coincidieron ayer en criticar el “desastre” de la campaña diseñada por el número tres de Casado, Javier Maroto, de cara a las elecciones generales. Censuran que se haya “olvidado el centro” político y se hayan dedicado todas las energías a “pelear con Vox para ver quién es más de derechas”. Sin embargo, consideran que es momento de una tregua y no de “abrir el partido en canal” porque la prioridad ahora debe ser mantener posiciones de cara a los comicios del mes próximo.

Se confirma, de este modo, que la cercanía de esa cita con las urnas marca sobremanera las posiciones en el tablero político, pero hay una fecha previa que obligará a las diferentes opciones políticas a retratarse. Se trata del 21 de mayo, en que está marcada la constitución de la Mesa del Congreso y en la que el equilibrio de poder que refleje la composición de este órgano arrojará mucha luz sobre las negociaciones cruzadas de los partidos.

Proyecto a largo plazo En su comparecencia de ayer, Teodoro García-Egea defendió que Casado, que asumió las riendas del PP hace nueve meses en un congreso extraordinario, “necesita el tiempo que todo el mundo ha tenido” para llegar a ganar unas elecciones generales y que el suyo es un proyecto “a largo plazo”. De esta forma, aludía a lo que ocurrió con sus antecesores, José María Aznar y Mariano Rajoy, que llegaron a Moncloa en sus terceras elecciones generales. Agregó que “todos los líderes han tenido varias oportunidades”, en referencia también a sus adversarios políticos el 28-A, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.