gasteiz - ¿Le convenció la llamada de los populares?
-Bueno, pensé que cuento para algo. El asunto es que los argumentos que me daban transmitían la manipulación que se intenta hacer con muchas cosas, el no encarar los problemas reales. Todo el tema de Mercedes, con el impuesto de combustibles, y lo más sangrante, el fraude la RGI. Quieren volver a resucitar la xenofobia, el racismo, la desconfianza ante el pobre... Es algo absolutamente indignante, están intentando repetir una jugada que ya hicieron en Vitoria y creo que están metiendo la pata, pero más preocupante que lo electoral es lo político y lo social, todavía hay sectores en los que ese tema de la xenofobia cala.
Uno de sus mensajes para pedir el voto es quitarle el escaño a Maroto. ¿Qué prima más en estas elecciones, el freno a la derecha o la ilusión por una mayoría progresista?
-Para nosotros la prioridad es poner el freno a este trío de derecha, que se complementa y sin duda quiere ser una opción de gobierno, lo han demostrado en Andalucía, están ahí. Desde un punto de vista político esa es la prioridad en estos momentos, lo que no quiere decir que hagan buenas al resto de las opciones.
Si de ustedes depende, ¿se conformará esa mayoría sin ninguna contraprestación, como ocurrió en la moción de censura?
-Nuestra línea es impedir gobiernos de derecha, pero para apoyar otros gobiernos tiene que haber negociación y garantías. Diferenciamos claramente una cosa y la otra.
El PNV se siente dolido por el apoyo a los decretos de Sánchez, que no ha tenido reflejo en el Parlamento Vasco. ¿Por qué allí sí y aquí no?
-Hubo sobre todo unas declaraciones de Aitor Esteban que no recuerdo textualmente, pero en las que venía a decir que EH Bildu prefiere apoyar a los obreros de Jaén antes que a la clase obrera en el País Vasco. Es una manipulación absurda. Efectivamente, EH Bildu está por apoyar a la clase obrera española y también, cómo no, a la vasca, pero se olvidaba de que EH Bildu le ha apoyado al Gobierno Vasco en sus decretos, lo que no dimos fue un cheque en blanco al PNV. Eso se lo calló. Además, me parece peligroso contraponer los intereses de la clase obrera de España y en Euskadi, cuando hay elementos que son comunes.
Ese trío de derecha del que habla apela a Otegi y Torra para quitarle votos a Pedro Sánchez. ¿Sienten que EH Bildu les sirve a PP, Ciudadanos y Vox para captar votos en el resto del Estado?
-El nacionalismo español siempre ha necesitado un enemigo interno, o el nacionalismo catalán o el vasco, y dentro del vasco siempre es EH Bildu el enemigo a batir y al que tener miedo. Efectivamente se nos utiliza y la derecha española crea esa imagen, pero cada vez esa imagen es más débil. Cuando vas por el Estado es una gozada ver la receptividad en los sectores más de izquierda, cada vez se está mirando con mayor receptividad lo que se hace en Euskadi.
Abogan por ser determinantes en Madrid y de ahí su alianza con ERC. ¿Forma parte de una estrategia ampliable y a largo plazo? ¿Quiere EH Bildu liderar una especie de bloque soberanista en todo el Estado?
-No es una alianza electoral, a corto plazo, es una alianza a largo plazo. Con nuestras únicas fuerzas no podemos remover la cuestión del reconocimiento del derecho de autodeterminación en el Estado, la liberación de las personas presas, mejorar las condiciones de vida de los trabajadores o conseguir medidas económicas positivas. Además, esa articulación no es solo con los nacionalismos soberanistas, sino también con otras fuerzas de izquierdas del Estado, en Canarias, Asturias, Aragón, de manera que durante los próximos años vayamos creando un frente de las periferias, y además condicionemos el bloque de progreso en general. Podemos tiene unas debilidades manifiestas y por ello tiene que haber otro bloque que condicione esa política y podamos llegar al final a modificar la política en el Estado.
¿Cree que con un peso específico importante de dicho bloque se podría despejar el horizonte para Catalunya a corto plazo, o el peso del discurso de las derechas en la opinión pública es aún demasiado fuerte para dar pasos al respecto?
-El acuerdo que se va a trabajar tiene tres puntos principales; el derecho a decidir de los pueblos, el derecho de las personas presas a la libertad y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores. Eso, al trabajarlo en conjunto tiene más posibilidades de generar en el Estado una opinión proclive a esas libertades, es el objetivo de ese trabajo a largo plazo. Hoy en día la principal amenaza es la triple derecha, que está condicionando la agenda política en el Estado, queremos hacer de contrapeso y sabemos que va a ser una batalla muy dura y difícil porque la derechización en el Estado está ahí, hoy día el PP no pelea por el centro, pelea en el espacio electoral de la extrema derecha, y eso es un indicador de cómo está la situación. Eso nos va a exigir una estrategia de medio y largo plazo.
¿Están dispuestos a hacer un frente común con el PNV en el Congreso para reclamar que se complete el Estatuto de Gernika? ¿Cree que el PNV lo está?
-Es que también queremos condicionar al PNV, y dentro del trabajo político nos parece estratégico. Tenemos que hacer una política de país, pero debemos cambiar la estrategia del PNV, que no se repitan las políticas de oportunidad a costa de los procesos de otras nacionalidades. El PNV estuvo a punto de apoyar al Gobierno del PP en la época más álgida del 155, y eso para nosotros no es una ventana de oportunidad, es una ventana de oportunismo, y por eso es importante la coordinación entre los diferentes pueblos del Estado. En la medida en que EH Bildu tenga fuerza podremos evitar que el PNV vuelva a caer en esos errores.
¿Contempla un escenario en el que el Congreso de los Diputados debata sobre el nuevo estatuto vasco?
-Tarde o temprano va a llegar. Nuestro objetivo es que haya un referéndum democrático, y digo que tarde o temprano va a llegar porque el Estado no tiene otra salida, porque esa falta de ruptura democrática para las nacionalidades es precisamente la que está descomponiendo la situación política en el Estado, y por eso va a llegar. Tenemos que armarnos de paciencia y de instrumentos y argumentos, de manera que al Estado no le quede otra salida. No va a ser un asalto fácil, va a ser una estrategia de convencimiento y de no dejarles otro remedio que reconocer el derecho democrático de nuestro pueblo. Eso requiere también un trabajo incesante en el campo internacional, y por eso es importante conseguir diputados en el Parlamento de Madrid, porque te da instrumentos para conseguir alianzas.