bilbao - Etxerat no considera acercamientos los movimientos de presos de ETA y la kale borroka realizados por el Gobierno de Pedro Sánchez en los últimos meses. Los califica de meros “traslados” y los equipara a los que los diferentes Ejecutivos españoles de uno y otro color han venido realizando en las últimas décadas en aplicación de la política de dispersión carcelaria.
Es la respuesta de la asociación de familiares y allegados de presos a las manifestaciones realizadas el jueves por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en las que declaró el fin de la política de dispersión y avaló la política penitenciaria puesta en práctica con los reclusos etarras tras el final de ETA. Precisamente ayer trascendió que tres reclusos de la banda han sido trasladados a cárceles más cercanas a sus domicilios pero, al igual que en casos precedentes, ninguno de ellos a Euskadi.
El portavoz de Etxerat, Urtzi Errazkin, negó la mayor y subrayó que el Gobierno español está ofreciendo a la sociedad vasca “pistas falsas sobre acercamientos” y explicó que los movimientos realizados hasta ahora por el Ejecutivo de Sánchez “no se diferencian de otros traslados que forman parte de la dinámica habitual de la dispersión desde hace 30 años”.
Frente a las manifestaciones del ministro del Interior que señaló que tras la disolución de ETA carece de sentido la política de dispersión porque esta fue concebida como parte de la “política antiterrorista”, Errazkin negó la mayor y enfatizó que el hecho de que los presos no sean llevados a las cárceles vascas, como ellos mismo han solicitado demuestra que “continúa tratándose de una medida política y no penitenciaria”.
Son una quincena los presos que han cambiado de prisión desde la llegada de Sánchez a La Moncloa y su anuncio de cambio de la política penitenciaria. A esa cifra hay que añadirle desde ayer los nombres de otros tres presos movilizados por Instituciones Penitenciarios. Iñaki Beaumont, que intentó asesinar a un exconcejal de UPN, de la cárcel de Albolote (Granada) a la de Soria; Jesús Ginea, exedil de la izquierda abertzale condenado por actos de kale borroka, de la prisión de Almaría a la de Mansilla (León); y Jon López Gómez, también condenado por actos de violencia callejera, de la cárcel de Daroca a la de Zuera (ambas en Zaragoza).
Las manifestaciones del ministro del Interior no han sido bien recibidas por algunos colectivos de víctimas como Covite y la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT). Este colectivo expresó ayer su “inquietud y preocupación” porque las palabras de Grande-Marlaska no coinciden con lo hablado con ellos en los encuentros mantenidos. En este sentido aseguran que acordaron “acercamientos puntuales” de presos y rechazan que se hablara sobre el fin de la dispersión. Por su parte, Covite, también a través de un comunicado, reclamó al ministro que se exija a los reclusos de ETA que “repudien a la banda terrorista para ser acercados a cárceles vascas”. A su juicio, esa condena debe ser “individual, no colectivo”.