Lo ocurrido ayer en Sevilla, donde Ciudadanos se hizo con la presidencia del Parlamento andaluz gracias a los votos del PP y de Vox, avanza futuros pactos a tres bandas en otras comunidades autónomas e incluso a nivel nacional. Así lo cree el líder de los populares, Pablo Casado, que afirmó que el acuerdo de la derecha en Andalucía es “el preámbulo de nuevas mayorías constitucionalistas” de cara al próximo año. Según dijo Casado en un acto en Iruñea, se trata de un “cambio histórico” que debe trasladarse a otras instituciones para lograr “mejores políticas, crear empleo, la unidad de España y prestigio internacional”.

En la apertura de la nueva legislatura andaluza, y con el reparto de los puestos en la Mesa del Parlamento entre Ciudadanos, PP y Vox, se evidenció que ni populares ni naranjas tienen reparos en alcanzar acuerdos con la formación de extrema derecha, cuyo respaldo necesitarán también para elegir como nuevo presidente de la Junta a Juanma Moreno en la futura investidura. Al dar un puesto a la formación de Santiago Abascal en la Mesa -que presidirá Marta Bosquet (C’s)-, institucionalizan a Vox y abren la puerta a una alianza a nivel estatal de las tres derechas.

Respecto al próximo Ejecutivo andaluz, será bicolor, con las carteras repartidas entre el PP y Ciudadanos, y presidido por Juanma Moreno. Ambas formaciones ya han pactado una serie de medidas de Gobierno, y no prevén que en el Gabinete entre algún representante de Vox. Según explicó ayer el secretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas, no admitirán que se introduzcan modificaciones en el acuerdo programático alcanzado con los populares, ni que un tercer partido forme parte del Ejecutivo de coalición que pretenden construir. En ese sentido incidió el líder de C’s en Andalucía, Juan Marín, que negó haber alcanzado cualquier tipo de acuerdo o haber entablado negociaciones con los de Santiago Abascal. “Solo hemos pactado con el PP”, zanjó.

Sin embargo, en Vox tienen claro que no prestarán su respaldo en la investidura a Juanma Moreno a cambio de nada. Según expresó el candidato de la formación de extrema derecha, Francisco Serrano, tendrán que “hablar” con el PP en una mesa de negociación “sin líneas rojas”, como la que han establecido los populares con Ciudadanos. Serrano quiso dejar claro que su formación no va a “entrar en pactos de gobierno”, y se va a centrar en “hablar de cuestiones programáticas y que afectarían a la investidura”.

enfado en adelante andalucía El principal perjudicado del pacto para repartirse los siete asientos del órgano parlamentario fue la coalición Adelante Andalucía (Podemos e IU), que calificó de “escándalo” el haber quedado fuera de la Mesa del Parlamento y amenazó con recurrir a los tribunales si no se les garantiza su presencia. Su portavoz Antonio Maíllo aseguró que el reglamento institucional obliga a conceder un puesto a todas las formaciones que hayan obtenido grupo propio, por lo que exigió “plena igualdad” en lugar de un acuerdo de la derecha que a su juicio “sacrifica el pluralismo porque se obvia el voto de 600.000 andaluces”.

En cuanto a la composición final de la Mesa que regirá la Cámara andaluza, contará con mayoría de PP-A, C’s y Vox, ya que entre los tres grupos acaparan cinco de los siete puestos del órgano de gobierno del Parlamento, mientras que el PSOE-A ocupa los dos restantes. Respecto a la presidencia, la diputada de Ciudadanos por Almería, Marta Bosquet, se convierte en la tercera presidenta de la historia, habiendo sido elegida con los votos de 59 de los 109 diputados, que corresponden a los 26 del PP-A, los 21 del partido naranja y los 12 de Vox.

De esta manera, Marta Bosquet, rostro apenas conocido fuera de la comunidad andaluza, toma el relevo del socialista Juan Pablo Durán en la Presidencia del Parlamento andaluz y se convierte en la primera persona que no pertenece al PSOE que ocupa dicho cargo en prácticamente 25 años.