2 Míriam Vázquez

vitoria ? El clima en la Ponencia de Memoria del Parlamento Vasco se ha enrarecido y se asoma a un escenario de bloqueo. El foro parlamentario, que ayer recibió las aportaciones de los grupos al documento de síntesis de la presidenta Ana Oregi, se vio sacudido por la filtración de la propuesta de los socialistas, que en un momento tan temprano del debate se ponen en la hipótesis de que haya un consenso menor al que hubo en 2012 en torno al suelo ético y, en ese caso, piden ceñirse a ese documento de hace seis años si no hay acuerdos más amplios. Recibieron una enojada respuesta pública de EH Bildu, que se sintió atacada y los acusó de haber resquebrajado el compromiso de discreción y tratar de condicionar el resultado. El foro se encuentra en una situación muy similar a la que se vivió con las posiciones encontradas del PSE y la izquierda abertzale en 2013, con la salvedad de que, en esta ocasión, los socialistas aseguran a este periódico que no están planteando levantarse de la mesa.

La reunión se saldó con la filtración a los medios de comunicación de la posición del PSE, que ha trasladado al resto de grupos que habría que replantearse esta ponencia y agarrarse al suelo ético de 2012 si no se alcanza un consenso mayor. Se pregunta si merece la pena llegar a un acuerdo que agrupe un consenso menor. El suelo ético lo apoyaron PNV, PSE, PP, Ezker Anitza-IU y Aralar, y hacía referencia a la deslegitimación del terrorismo.

En algunos ámbitos sitúan esta petición del PSE en la negativa de EH Bildu a admitir la injusticia del daño causado y que nadie debió jamás matar, secuestrar, torturar ni amenazar. No es algo nuevo, pero sorprendió que lo hiciera público. La coalición abertzale respondió incómoda con esa revelación y la presión que le vuelve a colocar el PSE. Acusó a los socialistas de intentar “arruinar” los trabajos poniendo de parapeto a EH Bildu como cortina de humo para ocultar un enfrentamiento con sus socios del PNV como el que mantienen en torno a la unidad educativa Herenegun. Por parte del PSE, aseguran que no van a admitir ingeniería con el lenguaje para contentar a la izquierda abertzale, aunque no quieren lanzar un mensaje de confrontación y aseguran que no se va a “levantar de la mesa”.

La Ponencia volverá a reunirse el viernes de la próxima semana. El PNV guardó silencio para no dinamitar los trabajos, mientras Elkarrekin Podemos tuvo un perfil bajo en esta polémica, aunque valora que se hayan incluido sus aportaciones. El PP, por su parte, ni siquiera está presente en este foro parlamentario. La jeltzale Ana Oregi ha remitido a los grupos un documento de síntesis con sus propuestas sobre víctimas, memoria, política penitenciaria y convivencia, pero los partidos no terminan de dar con la tecla para forjar un acuerdo siete años después del cese de ETA y con la organización ya disuelta.

TENSIÓN Lo sucedido recuerda de manera inevitable a la ruptura de 2013. El PSE abandonó el foro poco después de comenzar sus trabajos por discrepancias con la izquierda aber-tzale sobre el suelo ético y la deslegitimación del terrorismo, lo que supuso dejar la Ponencia congelada y sin actividad. Sin embargo, los socialistas cambiaron de estrategia en la presente legislatura y aceptaron participar sin condiciones previas al constatar la necesidad de “avanzar”. Esta posición sigue vigente. El PSE no se plantea dejar la ponencia, pero pide dejar claro que matar estuvo mal.

EH Bildu emitió una nota para considerar “grave” la ruptura de la discreción y que el PSE intente condicionar el resultado final cuando el debate aún no ha comenzado. Desde la coalición abertzale no quisieron confirmar si comparten la injusticia del daño causado ni adelantar su posición. l