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Larrañaga afirma que no tenía responsabilidad sobre contratos menores

El exviceconsejero declara que se limitaba a firmar las autorizaciones de gasto

Larrañaga afirma que no tenía responsabilidad sobre contratos menores

gasteiz - El que fuera viceconsejero de Cultura con el lehendakari Ibarretxe, Gurutz Larrañaga, y acusado en el juicio por el caso De Miguel, declaró ayer que la responsabilidad “directa y exclusiva” sobre los contratos menores era de los directores de área bajo su cargo. Larrañaga respondía así al interrogatorio del fiscal alavés, Josu Izaguirre, que le acusa de haber favorecido el presunto entramado corrupto y pide para él 17 años de prisión.

Larrañaga era el superior directo de Xabier Sánchez Robles, director de Juventud hace una década que presuntamente facilitó la adjudicación de una veintena de contratos menores a las empresas Kataia, Errexal y Ortzi Muga por trabajos supuestamente no realizados. Larrañaga debía firmar la autorización de gasto para desarrollar dichos contratos. Lo hizo, y de ahí su imputación.

El exviceconsejero, que también fuera concejal de Cultura en Donostia en los años noventa y actualmente jubilado, aseguró que despachaba semanalmente con sus directores, ya designados previamente cuando él llegó al departamento, para analizar planes y proyectos o intercambiar información. Sin embargo, afirmó, en ningún caso se trataba en estos encuentros sobre contratación menor. “Ya había suficiente materia de trabajo”, afirmó.

Según señaló, en estas cuestiones su labor se limitaba a firmar las autorizaciones de gasto de los futuros contratos, sin que recibiera información previa como viceconsejero sobre dichos contratos. Larrañaga, por ello, aseguró no saber “cómo interpretar” que su antecesor en el cargo declarara en su día que recibía los expedientes completos. “Yo me limité a seguir el procedimiento en los contratos menores; se me hizo saber que la forma habitual previa a mi llegada era esa y así seguí”, enfatizó.

Por eso, además, dijo no haber puesto nunca en duda dicho sistema ni por tanto los contratos que le daba a firmar Sánchez Robles y de los que éste último no rendía cuentas ante el viceconsejero, a quien no le constaba que se permitiera contratar a empresas fantasma en su área de responsabilidad. En cuanto a las carátulas que Sánchez Robles registró en la viceconsejería para certificar la ejecución de los trabajos, Larrañaga aseguró carecer de “los medios para determinar si ese documento es real”.

En relación al contrato para realizar un blog licitado en 50.000 euros y que le supuso a Errexal, propiedad del imputado Iñaki San Juan, un ingreso limpio de más de 20.000 euros, Larrañaga concedió que no se trata de un beneficio “razonable”, pero recordó que él firmaba “de antemano la primera autorización de gasto”, y por lo tanto no podía saber cuánto iba a costar finalmente. Sobre a quién troceó dicho contrato, el exviceconsejero dijo desconocerlo. “Yo por lo menos no”, declaró.

poco margen para la fiscalía Larrañaga se había sentado ante el tribunal dispuesto a contestar a todas las preguntas que se le hicieran, pues aseguró no tener “nada que ocultar” y además consideraba que era su deber como cargo público en el momento de los hechos juzgados hacerlo así. De esta manera, el exviceconsejero se convertía en el único acusado que se ha sometido a las preguntas del ministerio fiscal hasta ahora, al margen del constructor Prudencio Hierro, que no aclaró gran cosa más allá de confirmar lo que ya había confesado el propio Alfredo de Miguel la semana pasada.

Así pues, el fiscal jefe optó por un interrogatorio llevadero en un inicio para el acusado, pero que fue subiendo de intensidad según pasaban los minutos y durante el que trató de arrinconar a Larrañaga, que defendió la honorabilidad de su trayectoria política.