iruñea - La conferencia política que celebró ayer Sortu en Iruñea estuvo marcada por el debate del nuevo estatus de autogobierno, donde la izquierda abertzale volvió a ejercer un marcaje sobre el PNV para que no ceda un ápice en las bases pactadas entre ambos partidos. El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, dio un salto cualitativo en esta presión a los jeltzales al apostar por la movilización social para blindar el acuerdo y que su contenido sea “irreversible”. Según dijo, el pacto es un logro de la movilización social por el apoyo al derecho a decidir en las calles. Aunque Rodríguez planteó más movilización social “a futuro”, no hubo ninguna duda sobre la intención de condicionar al PNV con carácter inmediato y situó entre los enemigos del acuerdo a personas del propio partido jeltzale, aunque no las citó.
Sortu celebró su conferencia apostando por la movilización social para defender las bases pactadas; y también situó en el centro del debate la política penitenciaria, donde exigió al Gobierno español un acercamiento de los presos hasta sus últimas consecuencias, a Euskadi y no a prisiones cercanas a suelo vasco. Rodríguez exigió el acercamiento de los presos como paso previo a su liberación.
En su intervención en el acto de clausura, ante unas 500 personas, Rodríguez se dirigió a aquellos “tentados por la idea de sacar el derecho a decidir de ese acuerdo” para “tratar de incorporar a ese unionismo que lo que pretende es un derecho de veto”. En ese sentido, volvió a trazar con claridad la línea roja de Sortu, que “no va a avalar en ningún caso un acuerdo que no recoja el derecho a decidir”. Según dijo, solo va a aceptar una relación “de Estado a Estado” entre Euskadi y España.
En una intervención muy dura con el PNV, a quien criticó también por su política económica y el caso De Miguel, opinó que el pacto sobre el nuevo estatus no hubiera sido posible “sin el empuje de la mayoría social”. Fue ahí donde propuso activar a la ciudadanía en lo sucesivo para que no se produzca ninguna cesión. A su juicio, al acuerdo “no le van a faltar enemigos” y, por ello, apostó por “llenar el proceso soberanista de sociedad, de pueblo” para lograr “un gran impulso social que lo haga irreversible”. Según dijo, ya se está trabajando con colectivos de pensionistas, mujeres y trabajadores, entre otros, “para reforzar el músculo social del proceso”.
Sobre la política penitenciaria, instó a “sacar a los presos y presas a la calle”. “Todos y todas las presas no tienen que estar en cárceles próximas a Euskal Herria, tienen que estar en Euskal Herria, como paso previo a la liberalización de todos ellos”, dijo.