gasteiz - Catalunya, que al contrario de lo que sucedió el año pasado apenas salió a colación durante el debate, sigue en una situación de enquistamiento. ¿Cómo valora la estrategia del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez al respecto?
-Yo le veo al Govern muy decidido a seguir con la vía de la república, yo siempre digo que en un proceso de independencia como el que está viviendo Catalunya nada es lineal, hay altibajos, diferentes propuestas, los mismos soberanistas pueden pensar que una vía u otra es mejor, pero la mayoría social catalana ha apostado claramente por lo que dijo en las urnas, como se demostró la Diada, y va a seguir por ahí. Pedro Sánchez no ha dado la respuesta que la mayoría de la sociedad catalana quería.
Por un lado ha apelado al diálogo y la no judicialización, por otro se recuerda que el instrumento del 155 sigue ahí.
-Eso es, yo cuando he hablado durante el periodo de sesiones anterior sobre el 155 he remarcado que la aplicación puntual no era lo que sufríamos como sociedad, una lectura muy particular porque el artículo dice lo que dice. La cuestión es que el 155 es un nuevo marco que ha venido para quedarse, mientras exista ese marco tan antidemocrático, mientras España siga sin romper ese marco no podemos esperar una solución democrática aunque las palabras hayan cambiado. La partitura sigue siendo la misma.
En relación a Euskadi y a la modificación de la política penitenciaria, ¿considera que la falta de movimientos palpables del Gobierno obedece a una falta de voluntad, a un ánimo de contemporizar, de medir los tiempos; o al miedo a posibles reacciones airadas en España?
-Yo creo que en gran parte hay mucho miedo, el Gobierno de España sabe que después de la conferencia de Kanbo y la desaparición de ETA se abre un nuevo tiempo en todos los aspectos y sabe que debe cambiar la política penitenciaria y cumplir la ley, y que cumplir la ley es que quienes han cumplido tres cuartos de la condena, los enfermos y los que tienen más de setenta años tienen que estar en la calle, que tiene que acabar con la dispersión, que no puede mantener esta política carcelaria de venganza, porque incide en todo el proceso, y es muy importante para iniciar un camino de convivencia que no haya ni mensajes de vencedores ni vencidos ni políticas vengativas, si se supera eso se facilitara el camino para dar otros pasos. El Gobierno ha tenido vértigo y me parece que se equivoca, porque ya que lo dijo que lo haga, si teme el desgaste, el desgaste ya lo tiene. Por eso apelé al PSE y al PSOE para que cumplan su palabra.
¿Influirá lo que pueda ocurrir en el debate presupuestario del Congreso, con una posible alianza entre PSOE y Podemos, en las Cuentas vascas?
-Desde luego, en general lo que pasa en España por el momento suele tener incidencia aquí. Veremos que pasa entre Podemos y el PSOE, que tenían una seria pugna y ahora están condenados a entenderse si Sánchez quiere repetir en La Moncloa. Puede ser que eso tenga incidencia aquí, porque cada vez parece más que Elkarrekin Podemos no quiere hacer nada aquí sin el PSE. De todos modos, yo más que mirar a España prefiero mirar a Euskal Herria y ver qué retos tenemos aquí y cómo podemos hacerle frente desde aquí. - T. Díez