- Para aquellas personas que en Nafarroa han sufrido abusos policiales, violencia de funcionarios o grupos de extrema derecha la sentencia del Tribunal Constitucional que anula gran parte de la ley navarra que pretendía reconocer y reparar su dolor, así como aportar luz a sus casos, era “previsible”, pero no por ello deja de “herir su dignidad”. Para los familiares de las víctimas, la ley foral vetada por el TC “no era perfecta, por supuesto mejorable, pero era nuestra ley, la que aprobaron nuestros representantes” y que “además dejaba puertas abiertas a la creación de comisiones que investigasen casos que la justicia ordinaria ha dejado en el olvido”. Es por eso que consideran que esta sentencia del TC es “un atentado a la soberanía de nuestro Parlamento y de todos los navarros”. Así se pronunciaron ayer miércoles en rueda de prensa Fermín Rodríguez, hermano de Germán Rodríguez, muerto por disparos de la Policía en Sanfermines de 1978; e Idoia Zabalza, hermana de Mikel Zabalza, encontrado muerto en 1985 tras haber sido detenido por la Guardia Civil.
El principal motivo esgrimido por el TC es que la ley foral “pretendía sustituir la acción de los tribunales” permitiendo que la investigación “de delitos provocados por los funcionarios y otros grupos parapoliciales al margen de la judicatura”. Ante la posibilidad de que se modifique la ley eliminando esta comisión de investigación, Fermín Rodríguez indicó que “una ley que no deje puertas abiertas a la investigación no sería bien recibida”. “En ningún caso es nuestra pretensión convertirnos en legisladores, y mucho menos en jueces, aunque sí ser escuchadas”, explicaron.
No obstante, puntualizaron que “nunca habría hecho falta una ley con estos contenidos si alguna vez la judicatura hubiera hecho el trabajo que tiene encomendado: buscar a los culpables de hechos delictivos, juzgarlos y condenarlos a una pena a su delito probado. Sin embargo, nos tiene acostumbrados al sobreseimiento de causas en las que estén implicados cualquier miembro de las fuerzas de seguridad; y en el mejor de los casos, a condenas ridículas e insultantes, si no es que finalmente resultan indultados”.
Junto a Fermín Rodríguez e Idoia Zabalza, comparecieron Aitziber Berrueta -hija de Ángel, vecino del barrio pamplonés de Donibane asesinado a tiros por su vecino, un policía nacional en 2004- y Eneko Etxeberria -hermano de José Miguel, el joven desparecido en 1980 y cuyo asesinato nunca esclarecido reivindicó el Batallón Vasco-Español-.
Precisamente por la falta de procesos judiciales o incapacidad en casos como el de Etxeberria de poder abrir diligencias para rastrear los restos de su hermano; los familiares reclaman que si la reparación “no van acompañados de una justicia que conduzca hacia la verdad de los hechos, las heridas se cierran en falso”. Reconocieron eso sí que el cambio de Gobierno en Nafarroa supuso “el final institucional de muchos años de silencio y olvido”, pero criticaron no ocurre lo mismo con el Ejecutivo central.