Ortuzar les ha dicho esta semana que con o sin Podemos y PSE seguirán adelante con el acuerdo con Bildu en la ponencia de Autogobierno.

-No es la manera de invitar a alguien a sentarse a la mesa. Yo le preguntaría si ese es el campamento base de Urkullu o el de Egibar, porque son campamentos base diferentes. Nos hacen un emplazamiento a Podemos y PSE porque renuncian al que deben hacerse a sí mismos como partido para decidirse sobre una de las dos almas que anidan en el PNV. Han cometido un error de cálculo y llegará el momento de hacer la ciaboga.

¿Está pidiendo a PNV y EH Bildu que renuncien a su ideología en esta fase propositiva?

-Si se quiere llegar a acuerdos amplios, todos los partidos tienen que ceder en sus posiciones. La sociedad es plural y tiene diferentes formas de pensar. Nuestra propuesta es un buen punto de partida para el acuerdo amplio, porque pone en el centro las necesidades sociales y no renuncia a hablar de lo territorial, y reconoce las características nacionales de Euskadi. Todos tienen que dejar pelos en la gatera.

¿Y en qué ha cedido Elkarrekin Podemos?

-Podemos ha planteado la concepción de la sociedad vasca en unos términos aceptables por la gran mayoría de los partidos. Hemos reconocido la existencia de Euskadi como nación; siempre ha estado la propuesta del derecho a decidir encima de la mesa, hemos planteado la vía de las dos mesas para que ese debate no quedara fuera. Hemos intentado poner vías para que todo el mundo se sienta cómodo. Ha habido poca voluntad y sobre todo el PNV ha decidido salirse de la centralidad para irse a un extremo.

¿Ha intervenido Iglesias para impedirles una apuesta más firme por el derecho a decidir como les acusan desde PNV y Bildu?

-A diferencia del PSE, no creo que nadie ha oído a Podemos en Madrid hablar del Estatuto de Euskadi u opinar sobre la ponencia del nuevo estatus en Euskadi. Sobre la reforma del Estatuto y del autogobierno vasco quien opina es Podemos Euskadi. Gusten más o menos, las decisiones sobre estas cuestiones se han tomado aquí.

¿Qué le parece la consulta habilitante acordada por EH Bildu y PNV?

-Siempre estaremos a favor de consultar a la ciudadanía, pero para que se la consulte tiene que haber unos mínimos. La consulta tiene que ser una posibilidad, no un trámite obligatorio, para que no sea una consulta de unos contra otros, sino una consulta que tuviera un mínimo de dos tercios de apoyo parlamentario para su celebración, y que tuviera una participación del 60% para que tuviera una validez política. Así se garantizaría que el proceso consultivo reforzaría el acuerdo entre partidos surgido en el Parlamento.

¿Y esa consulta habilitante no supondría un refuerzo de lo aprobado por el Parlamento Vasco?

-Quieren una consulta que suponga un refuerzo negociador para ellos. Eso no es reforzar el proyecto del Estatuto, es reforzar su posición política. Nosotros queremos una valoración y un respaldo abrumador del nuevo estatus.

¿Cuál es su concepción del derecho a decidir?

-Planteamos una herramienta que pueda servir para pactar consultas legales, pactadas y desde el concepto de bilateralidad, es decir, una ley de claridad, como en Canadá. Una ley acordada con el Estado que permita que si una comunidad nacional o un territorio quiere impugnar el modelo territorial y quiere debatir y consultar sobre su estatus pueda hacerlo sin generar fracturas.

¿Sería aplicable aquí y ahora?

-Es lo que hemos planteado con la propuesta de las dos mesas: una para alcanzar exclusivamente un acuerdo entre los partidos vascos, un pacto de claridad, que luego pudiéramos llevar al Estado. - H.U.