Barcelona - La Generalitat de Catalunya y el Gobierno español recuperaron ayer el diálogo institucional y reactivaron la Comisión Bilateral entre ambos ejecutivos tras siete años de sillas vacías en este foro. Esta fue la principal conclusión del encuentro que, por otra parte, volvió a evidenciar las diferencias existentes en cuestiones troncales como la autodeterminación y los presos soberanistas. Con todo, ambas partes también trazaron un horizonte de colaboración en cuestiones más cotidianas relativas a la gestión, la fiscalidad y la recuperación de algunas competencias pendientes de transferir. De hecho, acordaron trazar un calendario y grupos de trabajo para abordar estas cuestiones. En septiembre, o incluso antes, comenzarán a rodar las comisiones y subcomisiones que trabajarán sobre temas concretos que afectan al Estado y a la Generalitat.

La reunión de la Comisión Bilateral estuvo copresidida por el conseller de Acció Exterior, Relacions Institucionals i Transparència, Ernest Maragall, y la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet. Por parte del Govern asistieron también la propia Artadi y el vicepresident Pere Aragonès, entre otros, mientras que la representación del Ejecutivo de Sánchez contó, además, con cuatro secretarios de Estado y la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera.

Ambas partes reconocieron que la reunión se desarrolló en un clima de respeto. En la comparecencia ante los medios posterior al encuentro Batet indicó que la reunión tuvo un tono “cordial y franco porque cada parte ha expuesto con normalidad sus posiciones”. Sin embargo, reconoció que hubo “discrepancias importantes”, sobre todo en las cuestiones relativas al proceso soberanista. Pero “hablar de las grandes discrepancias es importante, me parece importante que se produzcan en este diálogo en lugar de que se hagan mandando mensajes a través de titulares”, añadió la ministra. Poco después Maragall ratificó esas divergencias al señalar que “uno se pregunta dónde está la novedad si no se puede hablar de derechos y libertades.

Se refería el conseller de Acció Exterior a la cuestión de la autodeterminación y la de los presos del procés. Sobre estos, Batet se puso de perfil ya que “todo aquello que se encuentra en vías judiciales está fuera de nuestro alcance, como por ejemplo los presos”. Maragall, por su parte, reprochó al Gobierno español que “se ha refugiado en la independencia de la Justicia a la hora de hablar” de esta cuestión.

Sobre el referéndum de independencia, Batet apenas dio margen a la representación del Govern y afirmó rotunda que “no existe el derecho de autodeterminación” y remató el argumentario afirmando que la “la reunión demuestra que el marco constitucional puede resolver los problemas de Catalunya”. Frente a ello, Maragall señaló que “ha dado la sensación que el Estado quería reducir nuestro margen de movimiento a cero”.

Maragall aseguró que no percibió del Gobierno español ningún proyecto para Catalunya, al contrario de lo afirmado por la ministra de Política Territorial. “En la reunión ni se ha mencionado ni se ha aportado la más mínima definición de este proyecto para Catalunya”, subrayó en la rueda de prensa después del encuentro entre ambas administraciones, y volvió a reivindicar que la ciudadanía catalana pueda decidir su futuro.

El orden del día, extenso, constó de trece puntos -referéndum y presos incluidos-, entre los que destacaron la conflictividad competencial, los traspasos no formalizados, los compromisos económicos pendientes, las inversiones en infraestructuras y transporte derivadas de la disposición adicional tercera del Estatut, o la participación de la Generalitat en los órganos multilaterales de coordinación.

Fue la primera reunión de este órgano -creado a partir del Estatut aprobado en 2006- desde la celebrada en julio de 2011, aún en la etapa de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y con Manuel Chaves y Josep Antoni Duran i Lleida presidiendo el encuentro.

peaje por la moción de censura Desde Ciudadanos y PP arreciaron las críticas contras esta cumbre y lo presentan como el peaje que tiene que pagar Sánchez a los catalanes por su apoyo a la moción de censura que le permitió desalojar a Mariano Rajoy de Moncloa. Su secretario general, José Manuel Villegas, había instando previamente a Sánchez a suspender la reunión y a convocar elecciones. “Estos encuentros dan alas a los separatistas y mejor que convoque elecciones para poner fin a una situación insostenible, la de un Ejecutivo débil y en manos de los independentistas”.

Por su parte, el PP, por boca de la portavoz parlamentaria, Dolors Montserrat, cargó contra esta cumbre porque la activación de este foro es un “éxito” para el independentismo y evidencia que Sánchez está “arrodillado” ante el soberanismo. “Vemos una Comisión Bilateral donde el separatismo se alimenta de la debilidad de Sánchez, que solo pretende ganar tiempo porque está hipotecado con el independentismo”, recalcó.