El PP cometió un error de cálculo al valorar el impacto de la sentencia del caso Gürtel y al confiar en que la oposición sería nuevamente incapaz de ponerse de acuerdo para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa. Los populares asistieron ayer a la moción de censura sin poder dar crédito a lo que veían, y especialmente dolidos con el PNV, que una semana antes había apoyado los Presupuestos estatales. En estos primeros compases de la complicada digestión de lo sucedido, el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, no pudo ocultar su enfado con los jeltzales, a quienes acusó de no tener palabra, y a quienes vio nuevamente en la senda de Ibarretxe, una afirmación con la que pareció aludir de manera implícita a las negociaciones de un nuevo estatus de autogobierno en el Parlamento Vasco. Las acusaciones las pronunció Rafael Hernando, que acostumbra a expresarse con dureza con todos los grupos en su papel de portavoz parlamentario del PP y defensor hasta ayer de la acción de gobierno.

Sus palabras son un fiel reflejo del descontento del PP con el PNV, que deja en el aire la posibilidad de que los populares vuelvan a respaldar los Presupuestos de Urkullu en otoño. Alfonso Alonso ha permitido la aprobación de las Cuentas en los dos últimos años, pero ahora amaga con cerrar esa vía al PNV. El PP va a valorar las distintas opciones, aunque tumbar las Cuentas lo convertiría en un partido marginal en el Parlamento, sin capacidad de influencia en las políticas públicas de la comunidad autónoma.

En ese sentido, Alonso peleó en la anterior negociación presupuestaria una rebaja del Impuesto de Sociedades, y en los próximos ejercicios pretendía sondear a PNV y PSE para una bajada del IRPF en tramos muy determinados. Su única opción para pujar por este cambio es la negociación presupuestaria. Quedarse fuera de foco dejaría al partido con una hoja de servicios más reducida ante las elecciones municipales y forales previstas para el próximo año.

El PP está valorando todos los escenarios, incluida la posibilidad de desmarcarse de los Presupuestos y forzar a Urkullu a trabajarse el improbable apoyo de EH Bildu y Elkarrekin Podemos. Esa es la primera reacción en caliente que provocó la decisión del PNV en varios portavoces del PP, aunque con el transcurso de las semanas podría reconducirse.

En el Gobierno Vasco desconocen las intenciones del PP. En la formación popular se ha instalado un clima muy similar al que vivió tras el desalojo del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto. “También a nosotros nos desalojaron”, recuerdan desde Lakua, en alusión al pacto entre el PSE y el PP para desbancar al lehendakari Juan José Ibarretxe y aupar a Patxi López. El lehendakari Urkullu, por su parte, esperó que el PP no haga “revanchismo”, sino un ejercicio constructivo de colaboración.

críticas Rafael Hernando no dejó títere con cabeza en su intervención de ayer. A Sánchez lo acusó de pactar con los “amigos de la ETA”, y se revolvió contra el PNV por haber dejado que caiga Rajoy. “Siempre los consideré a ustedes personas de palabra. Me equivoqué, tengo que reconocerlo”, dijo. Hernando encuadró lo sucedido en las últimas horas en un supuesto viraje del PNV hacia posiciones radicales, y aludió de manera implícita al debate del nuevo estatus de autogobierno. “Vuelven ustedes a los tiempos de Ibarretxe; me parece que por ahí van por muy mal camino”, avisó.