Madrid - El dueño del Koxka y una camarera del local afirmaron ante los jueces que no vieron la agresión a los dos guardias civiles y sus parejas, ni dentro ni fuera del establecimiento, y que cuando llegaron fuera del bar se encontraron ya con el teniente tendido en el suelo.

El dueño del bar testificó que no vio nada raro dentro del bar ni tampoco el altercado de fuera, y que salió cuando ya había acabado. Tendido en el suelo se encontró con el teniente agredido y con su novia, que le increpó en un primer momento y luego dejó de hacerlo al darse cuenta de que no era uno de los agresores. “Me quito la chaqueta, me meto el dinero en el bolsillo y le pongo la chaqueta” al teniente, relató. Añadió, además, que solo vio un corte “pequeñito” en el labio del teniente que no sangraba y que el agente le decía que le dolía mucho la pierna.

Asimismo, y en contra de las versiones de los guardias civiles y sus parejas, la camarera del bar Koxka narró que esa noche no pasó “nada” que le “llamase la atención” dentro del bar y que permaneció dentro hasta que acabó la agresión, cuando salió a la calle porque el dueño del bar le comunicó que había habido una pelea. “Yo no me enteré absolutísimamente de nada”, señaló la testigo, que reiteró que “en ningún momento percibimos que estaba pasando nada”. Según su relato, cuando salió a la calle el teniente le devolvió la chaqueta que le había dejado el propietario del bar. “Le vi de frente y me llamó la atención que tenía una camisa blanca y estaba limpia”, zanjó. - Efe