MADRID - Al más puro estilo rajoniano. Si alguien esperaba que Mariano Rajoy, que ayer mismo volvía de su viaje a Argentina, iba a ponerse inmediatamente manos a la obra a solucionar el caso Cifuentes, se topó ayer con la forma de actuar del presidente español y líder del PP. Desde el entorno de la presidenta madrileña se deslizó el pasado miércoles que Cifuentes solo dimitiría de su cargo ante una petición personal de Rajoy. Ayer, nada más aterrizar del otro lado del Atlántico, y un día después de que Cifuentes supeditara su futuro a Rajoy, fuentes del Ejecutivo del PP insistieron en que es el partido el que está gestionando esta crisis.
Desde Moncloa aseguraron que Rajoy está ocupado en asuntos importantes para el país, al tiempo que se escudaron en la intensa agenda del presidente español en estos días. Insistían, por otro lado, en que es la dirección estatal la que se tiene que ocupar de las conversaciones con el PP de Madrid y con Ciudadanos, para recordar después ya hay una persona encargada del asunto, el coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo.
Así, en el Gobierno reiteran, tal como también han apuntado desde Génova, que “no hay urgencia” por tomar una decisión y se puede esperar hasta antes de la celebración de la moción de censura, cuya fecha aún no ha sido marcada, aunque el límite es el 7 de mayo. Asimismo, reprochan a Ciudadanos su posición, y ante la posibilidad de que el PP pierda el gobierno de Madrid porque el partido naranja se sume a la moción promovida por el PSOE y que ya apoya Podemos advierten: “Ellos sabrán”.
Sin prisas En declaraciones a RNE, Martínez-Maillo aseguró ayer que la decisión sobre el futuro de Cifuentes le corresponde también a ella porque es tanto “personal” como de “partido”. De este modo, al ser preguntado sobre si la decisión de que Cifuentes siga siendo la presidenta madrileña depende de Rajoy, afirmó que “es una decisión personal, pero también de partido. Por ahora no hemos tomado una decisión ni la contraria”, enfatizó, para reiterar que tienen “tiempo” y que van a ver las “alternativas”. Así, señaló que “hay tiempo” hasta el 7 de mayo, fecha límite para celebrar el debate de la moción de censura que ha presentado el PSOE. “Hoy por hoy no está tomada ninguna decisión”, afirmó, si bien dejó claro que “nadie está por encima de las siglas del partido”.
Preguntado expresamente si pondría la mano en el fuego por la presidenta de la Comunidad de Madrid, aseguró que esa pregunta se la han hecho muchas veces, también en otros casos que han afectado al PP. “No creo que encuentre ya ningún político que se atreva a decir nada ni en este caso ni en otros. La pregunta es lógica pero no conozco ningún político que conteste afirmativamente a esa pregunta”. Eso sí, Maíllo admitió que el PP es un “partido de gobierno”. “Nadie está por encima de la siglas del partido. Es muy importante la estabilidad en Madrid. La decisión habrá que tomarla, pero hoy por hoy no está tomada ninguna decisión”, manifestó, para reiterar que siguen “abiertos” a negociar con el partido de Rivera. Sin embargo, el coordinador general del PP recalcó que no aceptan “ultimátums” de Ciudadanos, que ha exigido el recambio de Cifuentes si el PP quiere conservar el Gobierno madrileño. “C’s se ha lanzando a apoyar una moción de censura con Podemos y estoy deseando ver a Albert Rivera sentándose con Pablo Iglesias para negociar la moción de censura”, aseveró.
Animada En esta tesitura, Cifuentes, otrora muy dispuesta a comparecer ante los medios, mantiene ahora una cerrazón de la que apenas sale en ocasiones contadas. Una de ellas fue ayer cuando al comienzo del Pleno de la Asamblea de Madrid las cámaras recogieron el momento en el que le preguntaban cómo se encontraba. “Por cosas peores hemos pasado en la vida, yo por lo menos”, contestó. Ya durante la sesión plenaria, reiteró que no está “imputada” por ninguna causa y que no ha falsificado “nada”.
Por la tarde, cientos de estudiantes se concentraron en la Puerta del Sol, donde está ubicada la sede del gobierno madrileño, para reclamar la dimisión de Cifuentes y del rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Javier Ramos.