bilbao - La presa Sara Majarenas termina hoy su condena por pertenencia a ETA por lo que, salvo sorpresa, quedará en libertad en las próximas horas. En su caso no saldrá de prisión, ya que desde marzo del año pasado cumple su pena en un piso de una fundación en Madrid donde ha vivido con su hija Izar, después de que la niña fuera brutalmente acuchillada por su padre cuando tenía solo tres años, ocasionándole heridas muy graves.

Majarenas, que fue detenida en 2005, abandonó entonces la cárcel de Picassent (Valencia), donde cumplía la pena de 13 años y diez meses por ser miembro del comando Levante de ETA. Ante la situación tan especial en la que se encontraba la reclusa, el juez de la Audiencia Nacional le permitió trasladarse a la Fundación Padre Garralda, que depende de la cárcel de Aranjuez, para vivir con su hija. El permiso incluía la posibilidad de salir por las tardes, en prevalencia del interés de la niña.

Antes que eso, Majarenas firmó un escrito en el que admitía el daño causado y mostraba su “voluntad de desvinculación de ETA” y le fue concedido el segundo grado penitenciario. Cuando cumplen tres años, los menores no pueden seguir viviendo en la cárcel con su madre. Fue entonces cuando Majarenas solicitó una progresión al tercer grado penitenciario, que le hubiera permitido quedar en libertad vigilada hasta el final de su condena. Sin embargo, el juez no accedió y solo le concedió la opción de vivir en el piso de la fundación hasta el final de condena, hoy. - H.U.