barcelona - Catalunya podría disponer de un Govern en apenas dos semanas. Después de que ERC anunciase el pasado domingo su intención de contar con un president antes del próximo 23 de abril, festividad de Sant Jordi; ahora es Junts per Catalunya quien se aviene a la tesis republicana para gozar de un Ejecutivo y de un Jefe de Govern “efectivo” en un breve plazo. O lo que es igual, la marca que lidera el independentismo tras las elecciones del 21-D ya ha congelado la idea de apostar por Carles Puigdemont, pendiente como está de lo que dilucide la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein una vez la Fiscalía decidiese tramitar su entrega por los delitos de rebelión y malversación de fondos públicos. Aunque en las últimas horas se haya hablado de que ambas formaciones y la CUP habrían estudiado dar curso a una investidura simbólica del expresident, el grueso de JxCat también es consciente de que es imperiosa la necesidad de que Catalunya cuente con un Govern que levante la aplicación del artículo 155 para recuperar el autogobierno y comprobar los desperfectos ocasionados por el Gobierno de Mariano Rajoy tras la aplicación de este precepto constitucional.
Conjurados ya en esa línea, únicamente, que no es poco, faltaría por designar el candidato que abandere el llamado plan D tras frustrarse las opciones de Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull. Para empezar, aunque el exmandatario catalán, encarcelado en la prisión germana de Neumünster, sí delegase su voto tras aprobar la Mesa del Parlament esta vía, quien parece no tiene intención de hacerlo es otro de los exconsellers exiliados, en su caso en Bélgica, Toni Comín, lo que depararía un resultado de 65-65 en la votación de la Cámara catalana si la CUP mantiene su postura abstencionista que frustró la investidura de Turull, lo que llevaría a comicios si antes del próximo 22 de mayo no hay un president consensuado entre las marcas rupturistas. Del baile de nombres que están sobre la mesa el que está perdiendo fuelle con el paso de los días es el de la portavoz de Junts per Catalunya, Elsa Artadi. La emergente política soberanista asegura que no entra en sus planes aceptar un encargo semejante, al menos públicamente y dentro del partido, aunque una de sus rémoras se halla en las diferencias que podría tener con el núcleo duro del PDeCAT encabezado por Marta Pascal.
quim torra, marta madrenas... Es por ello que quien ha pasado a copar las quinielas es Ferran Mascarell, figura que se define como “socialdemócrata, catalanista e independentista”, un neoconvergente que perteneció al PSC hasta 2010, conseller de Cultura primero con Pascual Maragall, convertido igualmente al secesionismo, y después, entre 2010 y 2016, con el Ejecutivo de Artur Mas. Pese a que públicamente Mascarell se ha venido erigiendo en azote de las actuaciones con origen en Madrid, no parece que entraría bien en los ojos anticapitalistas, que apostarían más por una persona como Quim Torra, muy del agrado de los antisistema. De 56 años, abogado, escritor y dueño de la editorial A contravent, milita en la ANC, ocupó durante dos años la presidencia de Òmnium, antes de la llegada de Jordi Cuixart, y ejerció de director del centro histórico del Born, moderno núcleo de la memoria histórica catalana e institución cultural. Incluso Puigdemont pensó en él para presidir el Parlament. Por su parte, ERC mantiene en la recámara la bala de Ernest Maragall para evitar nuevos comicios el 15 de julio si JxCat no es capaz de dar con la identidad ideal, y es que sería alguien que contaría con la complicidad de los comunes liderados por Xavier Domenech, lo que haría estéril los cuatro votos ahora tan necesarios de la CUP.
Desde la formación abanderada por Puigdemont se barajan otros dos candidatos. Quien más enteros está ganando es la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, próxima al expresident, con el carnet del PDeCAT y una ferviente defensora del independentismo. El otro, el del alcalde de Mollerussa, Marc Solsona, aunque varias voces de Junts per Catalunya son reacias a apoyarlo.
visitado por su mujer Y mientras tanto, Puigdemont recibió ayer en prisión la visita de su mujer, Marcela Topor, y la del empresario Josep Maria Matamala, único de los cuatro acompañantes en el viaje en el que fue detenido que no fue arrestado e interrogado la pasada semana. El expresident confía en que la justicia alemana entenderá que se le quiere enjuiciar en España por una “causa política”, según explicó el vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, que también se acercó al centro penitenciario. A su juicio, y tras verle “muy entero y determinado” a seguir con su “lucha política”, Puigdemont es, según su partido, el “presidente legítimo electo por los catalanes” y si no puede ejercer ese cargo “es por la inadmisible injerencia” de la Justicia del Estado español.