BARCELONA - La visita de Felipe VI para inaugurar el Mobile World Congress (MWC) llevó la tensión a Barcelona. Tensión en las calles, donde independentistas y constitucionalistas tuvieron sus más y sus menos, y tensión en el interior del Palau de la Música, donde el nuevo jefe de los Mossos, Ferrán López, fue la única autoridad catalana que acudió a recibir al monarca español. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el president del Parlament, Roger Torrent y los directivos de la Generalitat que aún siguen en sus cargos tras la aplicación del 155, habían anunciado su ausencia de la recepción oficial, como al final ocurrió.

Así, el monarca español , acompañado de la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Industria, Álvaro Nadal, acudió al Palau de la Música donde no estaban ni Colau ni Torrent, que no participaron en la recepción oficial, aunque, por respeto a los organizadores de la feria, sí acudieron posteriormente a la cena oficial. Los cargos de la Generalitat invitados decidieron no acudir siquiera a la cena, al igual que los representantes municipales de ERC y la CUP.

En su discurso, Felipe VI se dirigió a los cerca de 200 invitados fundamentalmente en inglés, si bien con algunas frases en castellano y en catalán, idioma en el que subrayó que la cooperación entre el Gobierno de España, la Generalitat y el Ayuntamiento es “una clave evidente” del éxito logrado por la celebración del Congreso Mundial del Móvil en Barcelona desde 2006. “Este mismo compromiso de nuestras Administraciones, corporaciones y compañías debe ser siempre un propósito esencial para que este encuentro siga consolidando de cara al futuro”, apostilló el monarca.

El cesado president de la Generalitat, Carles Puigdemont, no se mantuvo al margen de la polémica y desde su exilio en Bruselas afirmaba ya por la mañana que el rey “será bienvenido” cuando “pida perdón” por su papel durante el pasado mes de octubre frente a la situación de Catalunya. “El rey Felipe VI será bienvenido a la República de Catalunya como máxima autoridad de España cuando pida perdón por su papel inconstitucional el pasado mes de octubre”, escribió Puigdemont en su cuenta de Twitter, refiriéndose al discurso pronunciado por Felipe VI el pasado 3 de octubre, dos días después de la celebración del referéndum del 1-O.

En una guerra de tuits, el presidente de Ciudadanos fue el primero en responder a Puigdemont. A través de su cuenta de Twitter, Albert Rivera señaló: “Puigdemont ha huido de la justicia por sus cinco imputaciones y también ha huido de la realidad. Los golpistas son los que deberían pedir perdón. Gracias al jefe de Estado por apoyar a Barcelona y estar al lado de los demócratas catalanes”.

Ante esta posición mantenida por los responsables políticos catalanes, fuentes del Gobierno español advirtieron de que “con su actitud ponen en riesgo que Barcelona pueda seguir albergando un evento global de tanta importancia”. Los “desplantes institucionales” de Ada Colau y Roger Torrent, “además de injustos y mezquinos, son prueba de una “actitud irresponsable y mezquina” que perjudica a Barcelona”, aseguraron fuentes del Ejecutivo del PP. “Barcelona se juega mucho estos días. Todo los ojos estarán puestos desde mañana en el Mobile World Congress de cuyo éxito dependerá la permanencia en Barcelona de la mayor feria de tecnología móvil del mundo, algo en lo que debiéramos estar todos unidos y trabajando juntos”, apostillaron estas mismas fuentes.

Concentraciones Hasta la entrada del Palau de la Música, donde se celebró la cena de bienvenida al MWC -en la que esta vez sí compartieron mesa el rey con Ada Colau, Roger Torrent y los representantes del Gobierno español-, llegaba el ruido de caceroladas procedentes de edificios cercanos, así como los pitidos de silbatos y las consignas coreadas por manifestantes.

De este modo, y convocados por Tabarnia, alrededor de medio millar de personas con banderas españolas y de la comunidad “presidida” por Albert Boadella, se concentró en la plaza de Catalunya con el objetivo de “dar la bienvenida al jefe del Estado”. A poco más de 500 metros se estableció el punto de encuentro de las concentraciones promovidas por los Comitès de Defensa de la República (CDR) en contra la visita del monarca español. Los manifestantes entonaban cánticos a favor de la independencia de Catalunya y de los presos soberanistas, como Libertad presos políticos y Somos República, y portaban banderas esteladas y lazos amarillos.

Las escenas más tensas se registraron cuando aparecieron manifestantes que portaban banderas catalanas y españolas y gritaban Puigdemont a la prisión, lo que provocó empujones con los manifestantes independentistas y la caída de algunas vallas del perímetro de contención. Estos momentos de tensión obligaron a los Mossos a intervenir de forma rápida para mantener el perímetro.

La tensión vivida en la zona de Via Laietana y calles próximas al Palau de la Música, en el centro de Barcelona, se saldó con cinco heridos leves a raíz de la actuación de los Mossos d’Esquadra. El Sistema de Emergencias Médicas de Catalunya (SEM) informó que se había atendido a cinco personas en la zona de Via Laietana, pero que estos heridos eran todos leves.

Alguna de estas personas resultaron heridas al caer cuando los agentes de los Mossos tuvieron que recomponer las vallas que impidan el paso a la calle Comtal, en unas breves cargas para que los manifestantes no accediesen a las cercanías del Palau de la Música.

Los Mossos informaron además de la detención de una persona en la zona de Correos, en Via Laietana, presuntamente por agredir a agentes de la policía catalana. Fuentes policiales explicaron de que al detenido se le acusa de atentado contra la autoridad al haber agredido a un número no determinado de agentes, que no han resultado heridos.