gasteiz - Sara Buesa, hija del dirigente socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA hace dieciocho años junto con su escolta, Jorge Díez, llamó ayer a la sociedad vasca a hablar de lo sucedido en Euskadi durante décadas de terrorismo para “no lastrar a las nuevas generaciones”. En ese sentido, criticó los “discursos que buscan la aprobación general, sin aterrizar en las violaciones concretas de derechos humanos que ha habido en Euskadi”, pues “es necesario bajar al barro, hablar de qué nos ha pasado, por qué se ha llegado a esto; es necesario que las nuevas generaciones conozcan lo que aquí ha sucedido”.
Durante el acto organizado en el museo Artium por la Fundación Buesa que ponía fin a la jornada de recuerdo al político del PSE, su hija rememoró el día del asesinato de su padre y cómo fue “cuando tuve que poner en palabras mi vivencia cuando verdaderamente logré procesarla”. Por ello, llamó a toda la sociedad a “hablar de lo sucedido” porque “daría un significado a nuestra experiencia” y porque “las palabras pueden sacarnos del hielo”, a pesar de que cueste porque “nos mueve a todos muy adentro”.
Hizo un llamamiento especial a quienes “estamos afectados o han tenido alguna responsabilidad en esa violencia”, a quienes más cuesta “llamar a las cosas por su nombre”. Buesa añadió que “hay palabras que duelen”, y criticó que se hable de presos políticos que están en prisión por sus ideas”, cuando “mi aita fue asesinado por defender sus ideas”. Así, “matar es matar, no es la expresión de un conflicto ni la defensa de una ideología”, aseguró.
En el décimo octavo aniversario del asesinato de Buesa y Díez, representantes del Gobierno Vasco, con el lehendakari a la cabeza; del Parlamento Vasco, del Gobierno español y de los partidos políticos de la CAV acompañaron a las familias de las dos víctimas en el tributo que se les rindió los Jardines de la Libertad, donde se produjo el atentado del 22 de febrero de 2000. A la ofrenda floral asistieron además decenas de ciudadanos anónimos y representantes de asociaciones de víctimas como Alfonso Sánchez, de la AVT. Antes, la Cámara recordó a Buesa y a Enrique Casas, asesinado hace treinta y cuatro años por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Los parlamentarios guardaron un minuto de silencio y un pebetero permaneció encendido durante toda la jornada a las puertas de la Cámara.