Vitoria - Aunque este año no sea electoral, los partidos estatales han lanzado ya una precampaña que será larga y se extenderá, al menos, hasta los comicios municipales, autonómicos y europeos que tendrán lugar en junio de 2019. Esta prematura carrera por el podio entre PP, PSOE y Ciudadanos (con Unidos Podemos en un segundo plano) se ha precipitado por la estrategia del partido naranja, que ha arrastrado al resto de grupos a su dinámica preelectoral. Populares y socialistas entraron ayer en la pugna para contrarrestar el avance de Rivera en las encuestas, están preparando sus listas y programas, y comienzan a perfilar su argumentario contra el partido naranja. El clima de confrontación entre los partidos arroja dudas sobre el futuro de la producción legislativa y presupuestaria en el Congreso de los Diputados cuando quedan dos años para las generales de 2020. Al PNV le preocupa su eventual incidencia en el debate del nuevo estatus, las transferencias pendientes, y otros hitos de la agenda vasca.

Ciudadanos ha aparcado su acuerdo de investidura y se ha lanzado a disputar la hegemonía conservadora al presidente español, Mariano Rajoy, espoleado por su victoria en las elecciones catalanas de diciembre, las previsiones de las encuestas y el respaldo de influyentes medios de comunicación españoles que ven en Albert Rivera al único candidato capaz de poner fin a la influencia histórica del nacionalismo vasco y catalán en el Congreso de los Diputados. Todo ello, en el momento más bajo del PP, incapaz de buscar una salida al conflicto catalán, y acorralado por las declaraciones en sede judicial de los imputados en casos de corrupción, que han expuesto un sistema opaco para financiar campañas y que habría permitido al partido acudir dopado a las elecciones en Valencia y Madrid.

PP y PSOE entraron ayer en precampaña para no dar ventaja a Rivera. El enemigo a batir fue Ciudadanos aunque, en el caso del PSOE, también lanzó dardos al PP y trató de buscar un hueco en esa pugna “neoconservadora”. En los primeros compases de esta contienda, el protagonismo se lo están repartiendo los populares y el partido naranja, dos formaciones que están orillando a la izquierda en su argumentario político. En las últimas jornadas, los dos partidos se han cruzado puñales con motivo de la unidad de España, los pactos con el PNV, y la corrupción. A PP y Ciudadanos les puede beneficiar esta polarización, que no deja de ser peculiar porque se produce entre dos grupos que comparten buena parte de su programa, y que tienen pactos de gobierno y de investidura en las instituciones nucleares del Estado (la Comunidad de Madrid y las Cortes Generales).

El presidente español, Mariano Rajoy, ve amenazada la hegemonía del PP, y ayer jugó con claridad la baza de la experiencia frente a un partido de reciente creación. En un acto celebrado en Elche, donde no llegó a citar de manera expresa a Ciudadanos, puso en valor que el PP “es el primer partido de España, el que más militantes tiene, el que tiene los militantes más aguerridos con más personalidad y mayor nivel”, y destacó su “hoja de servicios” frente a los “oportunismos y ensoñaciones de otros” .

Hasta hace poco, el PP tenía como consigna no atacar a Ciudadanos porque es su socio de investidura y, sobre todo, porque supondría reconocerlo como rival a batir y engordar sus expectativas electorales. En las últimas horas, distintas voces del partido han apostado por endurecer el mensaje y reflexionar para ilusionar otra vez al votante del PP. El partido celebrará su convención estatal en abril, en Sevilla, donde anunciará los candidatos a las principales capitales. Rajoy no dejó de dedicar indirectas a Ciudadanos. “Las ofertas líquidas y los inventos gaseosos se los dejamos a otros”, lanzó, para añadir que en el PP no son “unos aficionados”. En ese mismo acto, dio un golpe de efecto anunciando una regulación para que los negocios digitales, como Amazon, tributen por su actividad y beneficios aunque su domicilio fiscal esté en otro país.

Rajoy se pronunció también sobre el debate lingüístico en Catalunya reabierto por su propio gobierno, que estudia ampararse en el artículo 155 para introducir el castellano en las escuelas. Según dijo, el debate sobre las lenguas en la enseñanza “atenta contra el progreso” y supone “situarse en el peor pasado”. “Es verdaderamente increíble que se produzca este debate y se imponga a la gente lo que no quiere que se le imponga”, dijo.

sánchez busca su espacio El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cargó a partes iguales contra el PP y Ciudadanos y se postuló como alternativa. En esta pelea, el PSOE corre el riesgo de quedar desdibujado. Ayer pisó el acelerador anunciando la inmediata elaboración de los programas electorales para las municipales y autonómicas, una tarea que asumirán la presidenta del partido, Cristina Narbona, y el secretario de Estudios y Programas, José Félix Tezanos.

Sánchez apostó por convertirse en la “primera fuerza” en 2019, y buscó su espacio acusando a PP y Ciudadanos de provocar la parálisis del país por su pugna electoral. En paralelo, comenzó a marcar distancias con respecto a Rajoy en la gestión del artículo 155 en Catalunya, avisando de que ese instrumento solo estaba concebido para evitar la independencia, y no para otras cuestiones, en alusión a la presencia del castellano en las escuelas. En este terreno, no hay unanimidad en el PSOE.

A la formación naranja la atacó por el flanco de la regeneración democrática. “Lo que no es regeneración es liderar partidos financiados irregularmente o apoyar a partidos financiados irregularmente al frente de gobiernos como está ocurriendo en la Comunidad de Madrid”, acusó. A Rajoy le avisó de que no podrá gobernar en base a prórrogas presupuestarias, y aseguró que su gobierno “es un lastre” porque no tiene ideas y está “anegado de corrupción”. Sánchez realizó esas declaraciones tras el Comité Federal del partido, que fue un paseo militar para el líder porque nadie quiso plantar batalla aunque en privado haya suspicacias. El partido aprobó por unanimidad el reglamento que obligará a consultar a la militancia los pactos de gobierno y el voto en las investiduras de un candidato que no sea socialista. A la cita no acudió la andaluza Susana Díaz.

En junio del próximo año tendrán lugar las elecciones europeas, municipales, forales en la Comunidad Autónoma Vasca, y autonómicas en todos los territorios salvo la CAV, Catalunya, Andalucía y Galicia. Las generales, salvo adelanto, tendrían que celebrarse en 2020. No obstante, la estrategia de Ciudadanos ya está comprometiendo la estabilidad del Gobierno español de Rajoy. En estas condiciones, es una incógnita la producción legislativa que podrá sacar adelante el PP tras el alejamiento de sus socios de investidura, y Moncloa ya no oculta la posibilidad de un bloqueo y de aguantar hasta el final del mandato encadenando prórrogas presupuestarias y parcheando la gestión económica vía decreto. Las relaciones están instaladas en la desconfianza mutua y la rivalidad.

La encuesta del CIS sitúa ya a Ciudadanos en la tercera plaza, por delante de Unidos Podemos en el Congreso. Otras encuestas vaticinan su victoria en las generales, y la conquista de la ciudad de Valencia en las municipales, donde el PP está experimentando su mayor desgaste por las acusaciones de corrupción. Esta semana, además, se ha producido la fuga de cinco alcaldes y 40 concejales del PP de Jaén hacia Ciudadanos.

tensión parlamentaria El momento más revelador en esta pugna llegó en el transcurso del pleno celebrado el miércoles en el Congreso, donde Ciudadanos destapó su estrategia basada en presentarse como el garante de la unidad de España en contraposición a los acuerdos de Rajoy con el PNV. Unas horas después, el PP utilizaba la comisión de investigación del Senado, diseñada a su medida desde su mayoría absoluta y boicoteada por el resto de partidos, para indagar en la contabilidad de C’s y deslegitimar su discurso a favor de la regeneración. El Tribunal de Cuentas detectó puntos oscuros en la auditoría de 2015, con alrededor de 14.000 euros de donaciones en especie a Ciudadanos. El PP recurrió a unos críticos del partido naranja, que aseguraron que algunos candidatos compraron su puesto en las listas. En paralelo, Ciudadanos ha tratado de impulsar una reforma electoral con Unidos Podemos que da ventaja a los dos partidos, perjudica al bipartidismo y, sobre todo, erosiona a Rajoy.

Ciudadanos. Albert Rivera ha sido el primero en abrir la pugna preelectoral tras la victoria de su partido en los comicios catalanes de diciembre. Ha congelado su acuerdo de investidura con Rajoy y ha abierto la disputa por la hegemonía conservadora. Su bandera es la unidad de España.

PP. Rajoy entró ayer en la pelea con Ciudadanos al constatar la estrategia del partido ‘naranja’. Su baza es subrayar la inexperiencia en gestión del partido de reciente creación, cuyo principal bastión es la alcaldía de Mijas.

PSOE. Sánchez dio ayer el pistoletazo de salida a la redacción de los programas electorales para las municipales y autonómicas de 2019. Apostó por ser “primera fuerza”.

Las elecciones. En junio de 2019 serán las elecciones europeas, municipales, forales en la CAV, y autonómicas (salvo la CAV, Catalunya, Andalucía y Galicia).