Bilbao - Un apretón de manos entre el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, selló ayer dos horas de reunión de profundo calado político en Euskadi. Tras años de incomunicación por el acoso de ETA al colectivo empresarial y varias polémicas como la negativa a invitar a Otegi a participar en un homenaje brindado a los empresarios víctimas de ETA, ambas partes apostaron por encarar “un ciclo de relaciones normalizadas”. Durante el encuentro, en la que reinó un clima de “cordialidad y de respeto mutuo”, salieron a colación las profundas divergencias que mantienen en temas económicos y sociales, aunque abrazaron seguir manteniendo citas esporádicas al coincidir en la necesidad “de fortalecer y modernizar la industria y las empresas del país, para hacer frente a los retos globales a los que se enfrenta la economía vasca”.
Dejando atrás años de conflictividad, y no solo por la acción armada de ETA sino también por las críticas vertidas de forma sistemática por la izquierda abertzale al colectivo empresarial, Confebask y EH Bildu enmarcaron el encuentro, al que acudieron delegaciones “de primer nivel”, en las relaciones “de normalidad institucional” que ambos bandos mantienen con otros colectivos político, económicos y sociales de Euskadi. En el caso de la Confederación Empresarial Vasca, aseguraron que es una práctica habitual con todos los estamentos “que se interesen por nuestra opinión”. Pero de algún modo reconocieron que ambas partes han abierto un cauce comunicativo tras años de silencio bilateral. “Se han emplazado a mantener las reuniones que se consideren necesarias para seguir conociendo de primera mano y sin intermediarios su opinión sobre los distintos temas que afecten a la economía y la sociedad vasca”, profundizaron. La coalición apeló también a restablecer la normalidad tras largos años de reticencias, y de hecho resaltó que la cita de ayer podría ser el punto de partida hacia un nuevo tiempo. “Abre un nuevo ciclo de relaciones normalizadas entre ambos agentes” para conseguir “las soluciones compartidas que requiere la ciudadanía vasca”, detallaron.
La patronal vasca abrió las puertas de su sede en Bilbao a la representación de EH Bildu, que además de Otegi estuvo conformada por su portavoz en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte, y los parlamentarios Iker Casanova -secretario de Industria- y Leire Pinedo -secretaria de Fiscalidad-. No es la primera vez que la coalición soberanista mantiene encuentros con la Confederación Empresarial Vasca, pero sí fue determinante la participación de un Otegi que durante los últimos meses había acumulado algunas polémicas con los empresarios. Lastrada la relación por los años en los que ETA golpeó con fuerza a los empresarios vascos -que Confebask cifró en 49 asesinados, 52 secuestrados y cerca de 10.000 chantajeados económicamente-, y a la vista de que la izquierda abertzale aún no ha reconocido el daño injusto causado, un homenaje a los empresarios al que no fue invitado Otegi prendió la mecha de la discordia. Al acto acudieron el resto de partidos, pero no EH Bildu, bajo el argumento de que no era el momento propicio. “Hay que respetar el tiempo de las víctimas”, afirmó entonces un Larrañaga al que el coordinador general de la coalición afeó que “la segunda fuerza política del país” no estuviera presente. “A Confebask le gustará poco probablemente que haya izquierda independentista sólida en el país y ya lo entendemos”, espetó.
empleo y autogobierno Los empresarios han visto además cómo la formación incrementaba su sintonía con los sindicatos ELA y LAB en los mensajes que estas dos centrales lanzaban contra la labor del colectivo empresarial por las desigualdades de la lenta recuperación económica que viene experimentando la economía vasca. Calidad del empleo, fortalecimiento y modernización de la industria del país y la necesidad de contar con un modelo fiscal más justo y equitativo fueron los temas puestos sobre la mesa por EH Bildu ante una Confebask que trató de dejar “claro” que no comparte los mensajes “de quienes insisten en difundir una imagen casi apocalíptica de Euskadi”. Asimismo, aprovechó para trasladar informes sobre fiscalidad, coyuntura económica y un nuevo modelo de Relaciones Laborales que, aunque sin aludir directamente a las centrales sindicales con las que la coalición coincide, debería de huir de la “confrontación y conflicto permanente al que todavía se aferran algunos”.
Otra de las reclamaciones que EH Bildu trasladó a Confebask fue la necesidad de poner pie en pared contra el ansia recentralizadora del Gobierno español de Mariano Rajoy. En ese sentido, y haciendo una lectura más política de la actualidad, la coalición soberanista mostró su “preocupación por la voluntad recentralizadora que se viene expresando desde el Estado español”, a la par que puso en solfa “la necesidad de dotarnos de mayores cotas de autogobierno y soberanía como fórmula para mejorar y fortalecer la economía vasca y las condiciones de vida de vascos y vascas, sustentado siempre en nuevas mayorías políticas y sociales amplias”.
“romper dinámicas” La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, aplaudió el encuentro mantenido por Confebask y EH Bildu, ya que podría servir “para romper algunas dinámicas que han tensionado mucho esta sociedad durante mucho tiempo”. Tapia confió en que las discrepancias que han rodeado a ambas partes abran paso a un nuevo tiempo “para construir, para mejorar y para hacer que esa confianza que requerimos entre todos puede ser construida y nos permita avanzar” para consolidar “la estabilidad institucional” en Euskadi.