copenhague - Es uno de los flancos vitales de la causa catalana, pero con el president cesado Carles Puigdemont a la espera de acontecimientos en Bruselas, el procés había perdido cierto interés en el plano europeo. Una conferencia ofrecida por Puigdemont en la Universidad de Copenhague, la capital de Dinamarca, reactivó ayer la internacionalización del conflicto. El president cesado aprovechó su comparecencia para contraponer la democracia danesa, que permitirá que Islas Feroe celebre una consulta que abre la puerta a su autodeterminación, frente a una España que aún no se ha deshecho de la “alargada sombra de Franco” y que “no reconoce a Catalunya como sujeto político”, a pesar de que el Govern “ha querido negociar hasta 18 veces el referéndum”. Lo hizo en un coloquio donde los expertos daneses fueron muy incisivos y críticos con el president cesado.

La expectación antecedió a la charla en la facultad de Ciencias Sociales de la universidad danesa, en la que no cabía un alfiler. Puigdemont dispuso allí de un altavoz con el que censurar la democracia española e instar a la Unión Europea a atender las demandas del soberanismo. “Lo que está pasando en Catalunya es decisivo para el futuro de Europa, tanto como el Brexit”, alertó, a la vez que ensalzó la postura favorable de Dinamarca a que dos de sus territorios, caso de Groenlandia y las Islas Feroe, puedan ejercer su derecho a decidir o que el archipiélago atlántico vaya a celebrar en abril una consulta sobre su Constitución, que incluye la posibilidad de ejercer la autodeterminación.

“Sois la prueba de que es posible decidir -sobre un cambio en las fronteras-”, abundó, para a continuación recordar que “más de la mitad de los estados miembros de la Unión Europea fueron creados en los últimos cien años gracias a la autodeterminación”. “Lo que está en juego es la idea de democracia en toda Europa”, profundizó, mientras tampoco cerró la puerta a que el conjunto de ciudadanos del Estado acaben votando sobre la independencia catalana, aunque el Gobierno español ni siquiera lo ha planteado en firme. Para Puigdemont, podría ser un punto de partida.

No fue ninguna casualidad que eligiera Dinamarca para abandonar temporalmente su refugio en Bélgica. En ambos países europeos conviven profundos sentimientos nacionalistas territoriales y ambos fueron de los pocos que emplazaron a Rajoy a diseñar una solución dialogada tras el referéndum del 1 de octubre. El president cesado recordó esa fecha para exponer el apoyo brindado por la Unión Europea al presidente español, criticando el “doble rasero” mostrado por las instancias europeas, que no pusieron objeción a “la violencia y la violación de derechos fundamentales” con la que el Estado español respondió a la instalación de las urnas. “Se han minado libertades fundamentales, políticos electos han sido enviados a prisión preventiva y se les ha tratado como terroristas, y otros se han tenido que exiliar”, sostuvo.

se queda en dinamarca Otro de los argumentos principales esgrimidos por Puigdemont durante su conferencia -titulada Catalunya y Europa en un encrucijada para la democracia- fue la victoria de los partidos soberanistas en las elecciones del 21-D, que volvieron a reflejar que la mayoría de la ciudadanía de Catalunya ansía ser cuestionada sobre si desea romper sus amarras con el Estado español. Asimismo, vaticinó que los nacionalistas sortearán todas y cada una de las piedras en el camino que Moncloa pondrá a la formación del Govern que él confía en encabezar, ya que “es la hora de encontrar una solución política y no penal”. “No nos vamos a rendir al totalitarismo español”, agregó. Por último, y ante las preguntas de los asistentes, negó ser populista, desechó las hipotéticas injerencias rusas en el procés y rehusó que busque “balcanizar” Europa.

Consultado sobre su posible vuelta a Catalunya, el president cesado no quiso ofrecer pista alguna, aunque sí adelantó que hoy dará explicaciones sobre sus pasos futuros. Será en una comparecencia ante el Parlamento danés. Su visita a Dinamarca, no obstante, amenaza con provocar un conflicto diplomático entres los gobiernos de Lars Løkke Rasmussen y Rajoy. Por lo pronto, las tres formaciones que forman la coalición de Gobierno danesa no acudirán a esa cita, impulsada por el partido independentista de las Islas Feroe, para no involucrarse en asuntos foráneos.