madrid - Salieron ayer al paso para rebajar la implicación del partido en la trama Gürtel tras las últimas revelaciones de Pablo Crespo y Álvaro Pérez, El Bigotes, en el juicio de la rama valenciana del caso, o la noticia de que Francisco Correa, líder de la red actualmente encarcelado, amenaza con una confesión global que podría revelar nuevos datos sobre prácticas corruptas en el seno del PP. Pero lo cierto es que el partido se prepara para encarar su enésimo vía crucis a cuenta de la corrupción ante las posibles confesiones. Son hechos que “supuestamente” se cometieron hace 14 años, afirmó el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, que invitó a “mirar al futuro”. Casado vino a decir que son meras estrategias de las defensas de los acusados ante un PP que “no tiene nada que ocultar”.

Lo cierto es que el partido de Rajoy ha visto cómo los cabecillas de la Gürtel comienzan a implicar a los cuadros más altos en el seno del PP valenciano, madrileño o gallego, cuando hasta la fecha tan solo habían apuntado a responsables intermedios. Ha sido el caso de Correa, que según El Mundo publicó ayer, habría solicitado formalmente a la Fiscalía Anticorrupción un acuerdo para reconocer las acusaciones que pesan contra su persona en las seis causas que aún tiene pendientes y devolver la friolera de 22 millones de euros de los que se habría beneficiado, pero también para revelar nuevos datos que permitan esclarecer algunas cuestiones, como podrían ser las comisiones por conseguir un terreno a una empresa, sobornos a responsables de AENA -gestora de los aeropuertos públicos en el Estado dependiente del Ministerio de Fomento- y otras prácticas irregulares en Boadilla del Monte (Madrid).

A la confesión de Correa, que viene colaborando con la Justicia desde que arrancara el juicio de la rama valenciana de la Gürtel e incluso admitió haber ejercido de comisionista del PP junto al extesorero Luis Bárcenas, se podrían sumar algunos otros testimonios del que fuera su lugarteniente. Pablo Crespo no emulará a Correa, pero sí que apuntó a la existencia de documentos que acreditarían una caja B en el PP de Galicia cuando a mediados de los años noventa ejerció de secretario de organización. El Bigotes, por último, afirmó disponer de material que señalaría al expresidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, como la persona que ordenaba cobrar los actos de campaña a empresarios. Además, podría desvelar nuevas conexiones de empresas y responsables políticos populares con la causa que investiga el blanqueo de comisiones por la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en la época de Camps, y que se juzga como una pieza separada de la Gürtel.

En una rueda de prensa en la sede central del PP en Madrid, tras la reunión del comité de dirección que presidió la secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, Casado tuvo que pedir explicaciones y repitió el mantra habitual del partido de Rajoy en que el PP “no tiene nada que ocultar”. Realizó además una “apelación” para “mirar al futuro” porque, según remarcó, se trata de casos que “supuestamente se han cometido hace 14 años y se llevan instruyendo nueve años”. En todo caso, añadió que quien haya utilizado las siglas populares para lucrarse “pagará por ello”.

El objetivo ahora de su partido es ocuparse de las cuestiones que preocupan a los españoles, evidenció. Y remarcó que el PP ha sido protagonista de las últimas reformas para luchar mejor contra la corrupción como la Ley de Transparencia. “Si alguien lo ha hecho mal lo pagará, se llame como se llame o haya militado en el partido que haya militado”, ha enfatizado, si bien subrayó que todos los que están acusados en la rama valenciana de Gürtel “ni militan en el PP” ni pertenecen a “ninguna institución del PP en estos momentos”.