- El 21-D estaba en juego “la dignidad de Catalunya”. Fue el gran mensaje en el que insistió en el cierre de campaña del martes el president cesado Carles Puigdemont. Con ese relato y una lista confeccionada a su medida, el jefe del Govern destituido salvó los muebles con holgura. Cuando las mejores encuestas situaban en los 30 escaños el techo de Junts per Catalunya, la Llista del President se plantó en los 34 escaños y superó los 930.000 votos. Solo por detrás de unos resultados históricos de Ciudadanos. Y por delante de la gran favorita hace un mes no solo del bloque independentista, sino de todas las elecciones: ERC. Que también batió sus propias marcas.

Hubo que esperar para palpar las emociones. Carles Puigdemont iba a intervenir a las 22.00 horas, pero se retrasó. Al punto que el primer agente que valoró los resultados, con el 85% escrutado, fue la ANC. Su presidente, Jordi Sànchez, es el número dos de la Llista del President. Quien da primero da dos veces y el mensaje del portavoz Agusti Alcoberro fue claro: hay mayoría absoluta “en un contexto particularmente difícil”. Y los asistentes corearon “Puigdemont, president”.

Antes que el jefe del Govern destituido, comparecieron en Barcelona miembros de JxCAT. Con el escenario a rebosar, la euforia vistió ayer de amarillo. Arrancó la responsable de campaña, Elsa Artadi, que proclamó que “el 155 ha perdido” y describió la “victoria del independentismo es la victoria de todos”, donde incluyó a ERC y CUP. El conseller cesado Jordi Rull también abrazó a estas siglas y se sumó a las mismas felicitaciones.

Puigdemont siguió hasta pasada la media noche las demás intervenciones desde Bruselas. A la espera de recuperar su perfil de president, porque los planes era que hablara en nombre de todos los consellers cesados que se hallan en Bruselas. Incluidos los dos de ERC, Meritxell Serret y Toni Comín.

Para entonces, todo se había aclarado. La sensación de victoria fue calando durante la noche. El escrutinio, lento, arrancó con números claros a favor de JxCAT. Era lógico. La ‘Llista de President’ fue muy fuerte en gran cantidad de pueblos pequeños, en los que basó su fortaleza territorial. Con unos límites: tiñó de su color la gran mayoría de los pueblos del interior, no así la costa ni tres de las cuatro capitales.

Aun así, fueron números suficientes para liderar el bloque independentista. Y del bloque anti155. Quitarle en un primer momento a ERC las opciones de formar Govern. Lo que supondría la vuelta de Puigdemont a Catalunya, donde pesa una orden de detención. El 21-D supuso el cierre de unos meses que en las últimas semanas, desde la activación del 155, estuvieron enfocadas en el propio 21-D. Todo acababa ayer, el día de la restitución. Y en el bloque independentista el discurso triunfó. La práctica política de la coalición sienta que el líder de la unión tiende a rentabilizar los frutos en la siguiente cita electoral por separado. Más aún, triunfó la especificidad de la campaña que planteó JxCAT: ayer estaba en juego “la dignidad de Catalunya”. Votar a JxCAT era votar por la restitución. Lo que queda por ver es, si los 70 diputados independentistas llegan al acuerdo, cómo se restituirá el pasado.

Y más allá de la ‘realpolitik’, hay otras tareas. Detrás de la ‘Llista del President’ está la sigla oficial, JxCAT, y más detrás aún, la antigua Convergència, refundada en PDeCAT.