madrid - Las leyes del Concierto económico y del Cupo vasco recibieron ayer el visto bueno del Congreso de los Diputados con un respaldo muy amplio de prácticamente todo el espectro político a excepción de Ciudadanos y, tácticamente, también de Compromís, mientras que EH Bildu expresó su crítica a la negociación del Cupo con la abstención de sus dos diputados. La aprobación de la Ley Quinquenal del Cupo y la renovación del Concierto supone un espaldarazo al autogobierno vasco y dota de estabilidad financiera y fiscal al entramado institucional vasco durante los próximos cinco años, así como a las relaciones en este ámbito entre las administraciones vasca y española.
Las dos leyes salieron adelante con el apoyo del PP, PSOE, Unidos Podemos, PNV, los nacionalistas catalanes (ERC y PDeCAT) y la práctica totalidad del grupo mixto, incluido EH Bildu en el caso del Concierto. Al término de la votación, el contador reflejó que 294 diputados respaldaron el Concierto y 292 el Cupo, sobre un total de 330 parlamentarios que se pronunciaron. En contra de ambos proyectos de ley votaron los 32 parlamentarios de Ciudadanos y los 4 de Compromís.
Ciudadanos presentó sendas enmiendas a la totalidad, rechazadas por todos los grupos, muy críticos con la actitud del partido de Albert Rivera, que calificó el Cupo como el “cuponazo” que no responde “a un cálculo técnico, sino a un amaño político, una injusticia” que abunda en la insolidaridad entre territorios y que supone un “fraude” a la Constitución. El resto de los grupos le acusaron de promover un enfrentamiento entre españoles por motivos electorales, pensando en los comicios del 21 de diciembre en Catalunya. Durante el debate, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió el Cupo y negó que suponga privilegios ni agravios para Euskadi ni que su aprobación sea fruto de un pacto con el PNV para sacar adelante los Presupuestos del Estado.
Montoro intentó ser pedagógico en su intervención explicando a los diputados qué es el Cupo, cómo se pagan los impuestos en Euskadi y el encaje constitucional de estos dos instrumentos financieros y fiscales propios de la CAV y de Nafarroa. En este sentido, señaló que ambas leyes representan la pluralidad y la singularidad de España.
La diputada del PNV Idoia Sagastizabal negó que el Cupo suponga sobrefinanciación ni privilegios e hizo hincapié en que para que funcione se necesita “una gran capacidad de gestión política e institucional”. En clara referencia a Ciudadanos, la diputada jeltzale añadió que quienes lo rechazan lo hacen por desconocimiento o por “intereses cortoplacistas y populistas”, buscando el voto.
Desde el PSOE, Pedro Saura, enfatizó que tanto ayuda a la cohesión de España el Cupo como la suficiencia financiera del resto de comunidades para criticar a continuación la “desidia” y la “nula voluntad política” del Gobierno del PP para plantear su modelo de financiación autonómica. La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, afirmó en las redes sociales que la aprobación de las leyes es “un paso más” en la gestión de la “diversidad” de España.
Por Unidos Podemos, Nagua Alba, anunció su apoyo pese a considerar “lesiva” para la legitimidad política y social del Concierto que el PNV negocie este asunto a cambio de su apoyo a los Presupuestos. Un argumento en el que coincidió la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia, para quien el PNV, “confundiendo sus intereses partidistas” con los de los ciudadanos, utiliza el Cupo “como moneda de cambio”.
corriente en contra La aprobación por mayoría abrumadora en el Congreso de las dos leyes no oculta los recelos que fuera del hemiciclo suscita el régimen fiscal vasco. La última vez que este tema llegó al Congreso fue en 2014 y entonces solo fueron siete los diputados que votaron en contra de la renovación del Concierto, esto es, el 2% del hemiciclo: los cinco de UPyD y dos del PP. Ayer fue más de un 10% el que se opuso. En el ámbito de los partidos políticos, Ciudadanos representa la oposición más frontal, después de que el PSOE haya contenido a los barones rebeldes que miran con recelo al Concierto y al Cupo, llegando incluso ocasionalmente a criticarlo con dureza. Sin ir más lejos, el Gobierno de Asturias, en manos del PSOE, volvió a arremeter contra el régimen fiscal vasco. El consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, criticó con el acuerdo entre Madrid y Gasteiz se permita que grupos “minoritarios” tengan “la clave para chantajear a España”.
En esta corriente de opinión contraria al Concierto y al Cupo ha destacado en los últimos tiempos el presidente de Castilla y León, Emiliano García-Page. Ayer no fue él sino la consejera de Economía, Pilar del Olmo, la que pidió transparencia sobre el Cupo y que cumpla con otros principios como el de solidaridad porque “perjudica al resto” de las comunidades autónomas.