vitoria - El Gobierno Vasco experimentó el lunes una sensación casi física, como si hubiera escuchado un clic que pusiera en funcionamiento los engranajes de la negociación presupuestaria y desbloqueara las conversaciones. La líder del PSE, Idoia Mendia, se mostró dispuesta a realizar los esfuerzos que sean necesarios para que haya Presupuestos y, muy en concreto, se abrió a revisar la reforma fiscal acordada con el PNV para atraer al PP. Los recelos del socialismo a retocar el Impuesto de Sociedades tal y como pedía el PP eran el principal escollo en las negociaciones. Los populares son la única opción realista para acordar las Cuentas, y su exigencia sobre la rebaja en el tipo de Sociedades es inamovible. El gesto político de Mendia abre la puerta a un acuerdo en las Cuentas, aunque está por ver cómo se modulan los planteamientos fiscales de unos y otros.

Según ha podido saber este periódico, el PNV intentará cerrar primero un acuerdo fiscal con el PSE, su socio en el Gobierno Vasco, en las tres diputaciones y en buena parte de los ayuntamientos. Buscarán un pacto que sea asumible para los dos socios y pueda ser atractivo para el PP. Después tratarían de atraer a los populares de Alfonso Alonso. Las Juntas Generales son las instituciones competentes para aprobar la reforma, y las conversaciones se están centrando en las de Álava, el único territorio donde PNV y PSE necesitan un tercer socio para aprobar sus modificaciones fiscales. La vocación es extender después ese acuerdo a Bizkaia y Gipuzkoa para que la reforma fiscal sea armonizada. Ese segundo trámite no tendrá misterio porque PNV y PSE tienen mayoría absoluta en Bizkaia y Gipuzkoa, de manera que la traslación del acuerdo estaría garantizada.

El pacto se presentará a través de enmiendas parciales a la reforma que se está tramitando actualmente en las tres Juntas. No serán enmiendas a la totalidad porque complica y alarga el trámite. También se lanza un mensaje: las modificaciones no van a suponer un cambio radical en la reforma, aunque el hecho de que se vaya a aplicar en toda la comunidad autónoma es ya un gesto hacia el PP con indudable intencionalidad política.

El principal escollo se encuentra en el Impuesto de Sociedades. PNV y PSE han mantenido el tipo en el 28% y han eliminado varias deducciones, mientras el PP quiere rebajar los impuestos a las empresas hasta el 25%, o incluso menos en el caso de las pymes (23%) y microempresas (19%). El PNV está abierto a todas las vías, desde una rebaja en el próximo ejercicio hasta una reducción escalonada que se aplicaría de manera progresiva en los próximos años. Esa sería la opción más llevadera para el socialismo.

La intención es llegar a un acuerdo en una semana, con el próximo miércoles como tope, el plazo final para registrar las enmiendas a la totalidad del Presupuesto vasco de 2018. En realidad, el margen es más amplio y acaba el día de la votación, el 11 de diciembre, pero el Gobierno Vasco prefiere evitar el hecho del registro de la enmienda en sí mismo. Ya nadie piensa en que no vaya a haber acuerdo. La contundencia de Mendia anticipa que PNV y PSE serán flexibles.

El portavoz del PP para asuntos económicos, Antón Damborenea, aseguró ayer que “toma la palabra” al lehendakari y Mendia para proceder a hacer cambios. En Onda Vasca, confirmó que en Álava “ya se está negociando” la reforma y que “luego habrá que remangarse” con los Presupuestos. “Yo les tomo la palabra al lehendakari y a Idoia Mendia, y ojalá sea tan fácil llegar al acuerdo en materia presupuestaria y en el tema fiscal. Pero en los Presupuestos apenas hemos avanzado y, en el tema fiscal, muy poquito”, dijo, recordando el plazo del miércoles. La presidenta del PNV vizcaíno, Itxaso Atutxa, agradeció en Onda Cero el “ejercicio de responsabilidad y realismo” del PSE.