Junto con Mariano Rajoy, fue una de las protagonistas del pleno del Congreso de los Diputados. Era su primera gran intervención como portavoz del grupo parlamentario del PSOE y Margarita Robles no salió demasiado bien parada. No era el mejor día para debutar en estas lides. Ni el formato del pleno -hecho a la medida de Rajoy- ni, sobre todo, el tema a tratar -se sabía de antemano que el presidente español iba a esquivar el meollo de la cuestión- eran los más propicios para una buena mañana. Pero, además, hubo otras razones que hicieron que perdiera la oportunidad de salir vencedora en el mano a mano con Rajoy.

La exmagistrada intentó hacer un discurso de calado político pero le pudo su retórica de jurista, lo que fue aprovechado por el presidente español para hacer valer sus recursos parlamentarios. Al igual que Pablo Iglesias o Albert Rivera, no consiguió incomodar a Rajoy salvo en el impetuoso e incisivo arranque inicial. También fracasaron en su intento de que se atuviera a la cuestión: el caso Gürtel, Bárcenas y la financiación irregular del PP. En las tres horas que duró el pleno, el gallego no pronunció ni una sola vez ni lo uno ni lo otro.

Rajoy se fue por peteneras cuando y como quiso y Margarita Robles no fue capaz de evitarlo. Esquivó las preguntas y las acusaciones de la oposición con la vieja escuela del ventilador. Trató incluso de embarrar el debate con una alusión a los secuestros y asesinatos de Lasa y Zabala en 1983, obra de los GAL, espetando a la entonces secretaria de Estado de Interior en el gobierno de Felipe González su participación como testigo en aquel sumario. Lo mismo que ahora le ha tocado a él en el caso Gürtel. “Entonces nadie dudó de su inocencia”, le reprochó Rajoy.

En su réplica, Robles quiso marcar distancias subrayando que ayudó a llevar a la justicia a los responsables, mientras que “algunos de los responsables que luego fueron acusados salían” de la sede del Ministerio del Interior y se iban a la sede del PP “a recibir instrucciones”. Fue el único chispazo de la jornada que tuvo como desenlace una postrera intervención del presidente en la que le pidió que aclare esa insinuación y que diga qué hizo la justicia con sus afirmaciones, pues no ve adecuado “contar una historia sin contar el final” y clarificar esas palabras para saber, aunque sea por motivos de agenda, si las acusaciones que ejerce el PSOE van a volver a llamarle.

procés y amenaza yihadista Este fue el momento más crispado de un pleno de guante blanco para Rajoy que también se escudó en el proceso soberanista catalán, en la amenaza yihadista y los atentados en Barcelona y Cambrils el pasado 17 de agosto para desviar la atención. También dirigió su ración de pullas a Pablo Iglesias y elegió como mejor manera de responder a sus seis preguntas sobre la corrupción y los mensajes enviados a Bárcenas con insinuaciones sobre las conexiones irregulares de Podemos con los regímenes de Venezuela e Irán.

El presidente español logró poner a la defensiva al incisivo Iglesias poniendo en duda la financiación de su formación y reclamándole explicaciones en sede parlamentaria si ha recibido dinero de esos dos países. A la salida del hemiciclo, Iglesias tuvo que explicar a la prensa la legalidad de las cuentas de su partido.

Así despachó Rajoy a sus rivales. Casi sin despeinarse y con el brillo en la cara de quien sabía que había ganado la partida a Margarita Robles y Pablo Iglesias. Como señaló al final el diputado de ERC Joan Tardà: “Más chulo que un ocho” y “fumándose un puro”.