madrid - Las reacciones a la declaración de Rajoy ante la Audiencia Nacional volvieron a poner en solfa las marcadas diferencias en ejercer la oposición de PSOE y Podemos. Ambas formaciones han constituido una mesa de colaboración parlamentaria “pemanente ” para revertir las política del PP y, en un horizonte más lejano, desalojar a los populares de La Moncloa. La realidad dibuja un escenario diferente. Mientras el socialista le exigía sin titubeos su dimisión inmediata, el líder morado echaba por tierra cualquier demanda que pase por iniciativa propia de Rajoy y pedía su comparecencia urgente ante el Congreso.
En una rueda de prensa en la que tan solo admitió una pregunta, Sánchez leyó una extensa declaración barnizada con un tono solemne. El secretario general del PSOE arremetió directamente contra Rajoy. “Solo tiene un camino: dimitir. No arrastre a España en su caída y dimita”, le endilgó. El fantasma de una nueva moción de censura estuvo presente en la sala de prensa de Ferraz, pero Sánchez no quiso alimentar las expectativas y encarriló su discurso hacia la renuncia del presidente. Incluso se autoerigió en exponente del compromiso político al plantar su dimisión en octubre como ejemplo. “Yo dimití para demostrar mis convicciones. ¿Dónde están las suyas?”, sugirió.
Para cuando el líder del PSOE cogió el micrófono en Ferraz, Iglesias ya había tenido tiempo para copar todos los focos. Su intervención tuvo al propio Sánchez como principal destinatario, ya que le emplazó a sumarse a su petición para que Rajoy dé explicaciones en el Pleno del Congreso. En la única pregunta que admitió el líder socialista, fue interrogado a este respecto. Sánchez no quiso ser capturado a rebufo del secretario general de Podemos, por lo que desvió el balón y se limitó a recordar que “es el PSOE el que define sus estrategias como líder de la oposición”.
Iglesias pronosticó la forma en la que Sánchez reaccionaría al testimonio de Rajoy, ya que le tomó la delantera para menospreciar la exigencia de su renuncia. “No va a dimitir. Esto solo se soluciona sacando al PP del Gobierno”, expresó. Así, el dirigente de Podemos volvió a plantear la necesidad de una moción de censura, aunque fracasara en junio. “Trabajaremos para convencer al resto para sacar más temprano que tarde a un partido corrupto de las instituciones”.