Vitoria - La presidenta navarra, Uxue Barkos, recibió una buena noticia esta semana cuando el Tribunal de Cuentas la absolvió por el caso de las dietas recibidas con motivo de las reuniones celebradas durante su etapa como concejal en el Ayuntamiento de Iruñea. Barkos defiende en una entrevista que publica hoy Diario de Noticias de Navarra que nunca tuvo dudas de que la sentencia sería absolutoria, pero admite que un proceso “tan largo” acaba generando un desgaste personal, sobre todo, zozobra en el entorno familiar. “Es lo que se busca en un proceso de estas características, con tanto poco sustento y tan poca seriedad, el agotamiento del rival”, señala la presidenta del Gobierno, que recibió la noticia en plenos Sanfermines y cuando se cumple justo el ecuador de la legislatura.

Barkos cree que la decisión del órgano fiscalizador es clara y que “no dice nada que no dijeran antes la Fiscalía, el Supremo, o la Cámara de Comptos, porque había muy poco fundamento en las acusaciones”. “A un señor no le salen las cuentas porque dice que los fines de semana no se trabaja y me atribuye más de dos meses de vacaciones. Pero, contrariamente a lo que alguno pueda pensar, hay muchos políticos que trabajamos muchas horas. En mi caso ha quedado acreditado, entre otras cosas, por la relación de viajes aportada por el Congreso”, argumenta.

Barkos insiste en que todas las reuniones se produjeron. “Claro que nos reuníamos lo que decíamos, aunque luego muchas de ellas no se cobraban porque se supera el límite”, dice, en alusión a las 13 dietas al mes. “Aquí se ha querido manipular la información para sostener acusaciones sin fundamento. El Ayuntamiento pagaba un máximo de 13 reuniones al mes, de las que la mitad eran plenos y comisiones que ya tenían constancia oficial, el resto, reuniones de grupo. ¿Alguien cree que un grupo municipal no se reúne seis veces al mes? Eso y más”, recalca, para añadir después que esas reuniones se producían también en fin de semana, porque los concejales, al igual que los periodistas, hosteleros o médicos, también trabajan en días festivos.

La presidenta navarra denuncia “la manipulación interesada para intentar hacer un caso donde no lo había, equiparándolo a otros que nada tenían que ver”. “No es casualidad que todo empiece justo cuando estalla el escándalo de Caja Navarra. Se repetían los términos y los argumentos cuando nada tienen que ver. Se quiso confundir la realidad para equiparar actitudes y éticas. Como si los 120 euros que cobra un concejal no liberado por el trabajo de todo un día fuera lo mismo que los 5.000 euros que se cobraban por dos reuniones consecutivas de media hora haciendo la vista gorda de lo que pasaba en Caja Navarra. Era algo infantil, pero que no era fácil frenar porque en frente había una maquinaria muy potente que ha logrado alargar cuatro años una deriva judicial que no tenía recorrido”, defiende. A su juicio, “han querido acabar con el cambio, pero lo han hecho más fuerte. Todo lo que ataca al cambio, al Gobierno y al acuerdo cuatripartito con cuestiones ajenas a la gestión y a la coherencia nos fortalece”. - DNA