Bilbao - “Fueron días de mucho impacto emocional”, recuerda el entonces parlamentario de HB por Nafarroa Patxi Zabaleta. El actual presidente honorario de Aralar emitió un comunicado el día después del secuestro del concejal del PP en el que exigió a ETA su liberación y abogó por “una solución dialogada y política”. Una postura crítica con la línea oficial del partido, motivada por “la defensa de los derechos humanos y el intento de salvar una vida que se veía en peligro”, y que “conllevaba una serie de dificultades de todo orden”, relata a DNA.
Lamenta que “en aquel momento era una persona referencial en HB e hice un emplazamiento público porque me creí con posibilidades de ser oído, cosa que no sucedió, no me hicieron caso”. A la pregunta de si le consta que en el seno de la izquierda abertzale había más voces críticas con esta acción de ETA responde que “evidentemente, sí”.
Reprocha, eso sí, al Gobierno español que “no se pronunciara a favor del diálogo ni hiciera ningún gesto”. De hecho, hace 20 años ya realizaba una crítica a la política penitenciaria que mantiene. “Sin duda, ha sido injusta con los presos, las familias y la sociedad. Además, es contraproducente porque ha dado impulso a los más radicales”, señala.
Zabaleta rechaza que exista un nexo entre el asesinato de Blanco y la posterior creación de Aralar: “Nosotros ya antes defendíamos que la izquierda abertzale tenía que evolucionar”. Añade que “afortunadamente, ahora es una fuerza exclusivamente política, respetuosa con los derechos humanos y que acepta todos los principios democráticos de la igualdad”. “Pero eso tenía que haber ocurrido muchos años antes”, concluye.