gasteiz - Le preguntó usted el viernes al lehendakari por su visita a Puigdemont, con la que ustedes han sido muy críticos y que el lehendakari enmarca en la cortesía institucional. Ciertamente están marcando de cerca al Gobierno.

-Hemos de preservar el diálogo que hemos construido. En Catalunya hay una dinámica de enfrentamiento, de ruptura, de división social, de posiciones extremas que no tienen ninguna posibilidad desde el punto de vista político y jurídico y que llevan a un callejón sin salida. Nosotros estamos en una pista de despegue en muchos proyectos, fruto del diálogo, y lo que no podemos es imitar esa estrategia de callejón sin salida que lleva la Generalitat. Nos preocupa mucho, efectivamente hay que hacer un marcaje, pero en positivo, para mantener un clima de diálogo, de respeto a la ley, de ejercicio responsable de la acción de gobierno, que se traduce en acuerdos importantes que están permitiendo que Euskadi avance.

¿Considera que el PNV ha incumplido alguna de las condiciones que ustedes pusieron para apoyarle?

-No, hay una vía vasca de diálogo sobre las cosas que son importantes. Después de todos estos años de crisis se vive una recuperación económica y hay que aprovecharla a tope en términos sociales, lo que importa es que haya empleos y que las condiciones de esos empleos mejoren, y la acción de gobierno tiene que dirigirse a eso. Hemos tenido cuatro décadas de terrorismo y eso ha causado un impacto del que todavía no hemos podido recuperarnos desde el punto de vista afectivo, de cómo vivimos nuestra identidad, desde el punto de vista ético. Hay que afrontar el pasado en términos de convivencia, pero también en términos económicos y sociales. Euskadi es más pequeño de lo que era antes, fuimos el 7,5% del PIB y somos el 6%. Tenemos la misma población pero más envejecida, con tasas de dependencia que van creciendo, ha habido un estancamiento y un crecimiento inferior al del resto de España. Ahora estamos ante una extraordinaria oportunidad de recuperar lo que nos quitaron y ahí es donde debemos confluir fuerzas con visiones distintas, como es Euskadi. Esa debe ser la vía vasca de diálogo y tiene que ser una referencia para los catalanes.

¿Y reproches tan duros como el del esta semana no pueden terminar por tensar la relación entre socios?

-El PNV necesita un marcaje porque un día dice una cosa para quedar bien en Barcelona y al día siguiente se desdicen aquí; nosotros les pedimos claridad. Entiendo que es un partido nacionalista, pero vamos a ser serios; hemos fijado objetivos comunes, y aquí en la Cámara hemos hablado de crecimiento económico, de creación de empleo, de una política fiscal responsable, de cuidar la convivencia y de tratar de escribir un relato justo con las víctimas, que cuente lo que ha pasado. Esos son los objetivos que hemos marcado y ahí debemos buscar puntos de encuentro.

¿Existe la posibilidad de que en algún momento de la legislatura se incorporen a la ponencia de Memoria o esa es ya una cuestión zanjada?

-Estamos perfectamente en el debate, otra cosa es participar en una ponencia que quieren utilizar aquellos que todavía no condenan los asesinatos. Hay gente que no ha condenado el asesinato de los propios parlamentarios y quieren marcar la agenda, y nosotros ahí no vamos a estar, pero en el debate sí estamos, y vamos a marcar una posición muy clara que vamos a mantener y a defender.

El PP no comparte la Ley de abusos policiales y de hecho el Gobierno central la ha recurrido. ¿Es sólo una cuestión de competencia para formular acusaciones, como alegan? ¿Creen que cabría reconocer y resarcir de alguna manera a esas personas?

-Es una cuestión jurídica, pero con profundidad política. Un Parlamento no puede ejercer una función jurisdiccional, la democracia se sustenta sobre la división de poderes y eso corresponde al poder judicial. Es evidente que se debe indemnizar y reconocer a las víctimas de la acción del Estado, se ha venido haciendo, pero con garantías y un control judicial, esas funciones no pueden ser usurpadas por un Parlamento. Sabían perfectamente que estaban rebasando la ley, y no quisieron reformularlo porque en aquella época parecía mejor si además se creaba un conflicto con el Gobierno de la nación. Se exploraron las posibilidades jurídicas, pero es que es muy difícil interpretar una cosa distinta. Además, la ley ha sido suspendida solo en parte.

Hace unos meses advirtieron de que no tolerarían una subida de impuestos, ahora hablan ya de bajarlos y es además un tema recurrente en su agenda. ¿Van a presionar fuerte en ese sentido al Gobierno y las diputaciones?

-Es decisivo para nosotros dar más capacidad de hacer a la sociedad. Este es el debate de fondo. Tenemos un sistema de Concierto Económico pero pagamos impuestos más altos que en las comunidades de régimen común. Tenemos un saldo negativo de empresas que vienen y se van, y creo que debemos utilizar el Concierto como tractor de inversiones, que salga más a cuenta invertir en el País Vasco, eso nos permitirá crecer más rápido. Los que más se han apretado el cinturón han sido la gente en la calle, se les subió la carga fiscal a las clases medias, y ahora que hay una actividad que tira de la economía hacia arriba me parece razonable aliviar las cargas a las familias e incentivar la implantación de empresas, y ser austeros con los gastos de la Administración. Hay dos grandes modelos fiscales del Parlamento, el de la izquierda que considera que la iniciativa privada tiene que ser sospechosa y estar ahogada a impuestos, y el modelo del centro derecha que cree en la sociedad y en su autonomía. Con parte del PNV podemos estar de acuerdo, pero hay dos PNV en esto y sería razonable que el lehendakari tuviera una visión sobre este tema.

¿No la tiene?

-No la dice. ¿Está de acuerdo con lo que dice el consejero de Hacienda, o está de acuerdo con lo que dice el diputado general de Bizkaia? Yo estoy de acuerdo con el diputado general. Hay que aliviar la carga fiscal y utilizar el Concierto para ser atractivos. Si no, ¿para qué lo tenemos?

Montoro ha llamado al PNV para negociar sobre el techo de gasto para 2018 en el Congreso, y una vez cerrados los asuntos del Cupo o de la Ertzaintza se ha puesto sobre la mesa la transferencia de las prisiones. ¿Estará esta cuestión sobre la mesa de negociación? ¿Está el PP dispuesto a debatir sobre la misma?

-No lo piden en la negociación, por eso creo que es una cosa de consumo de cara al exterior, no se plantea como una condición de la negociación presupuestaria. Ahora, yo quiero decir una cosa sobre los Presupuestos del 18. Son decisivos para España y para Euskadi, si uno mira los del 17 hay muchos proyectos, pero tienen una dotación muy escasa porque la capacidad de este año es muy pequeña. Para que todo eso que se ha anunciado se pueda hacer hacen falta los Presupuestos del 18. Hay que dar un mensaje de confianza. Estamos creciendo por encima del 3%, el triple que Francia, el doble que Alemania, pero hay mucho que recuperar y es decisivo también para Euskadi mantener eso. Yo hablo mucho de economía, pero la economía es la vida de la gente, si no tiene dinero, ¿qué hace? Es nuestra prioridad, y para eso hace falta estabilidad, y aquí también vamos a trabajar para que haya acuerdo en el 18, nos gustaría hacer una política distinta a la que ha venido haciendo. Sabemos cuál es nuestra capacidad de influencia, pero tenemos capacidad de influencia. Vamos a intentar buscar un camino equilibrado, pero que vaya más en nuestra orientación, sin poner imposibles, pero sin tragar con políticas que frenen el crecimiento económico.

¿Cree que la elección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE puede alterar el equilibrio construido en Euskadi en esta legislatura, con un Gobierno PNV-PSE apoyado por ustedes, y dado que Sánchez busca mayorías para complicarle la vida a Rajoy en Madrid?

-Él quiere recolocar al PSOE más a la izquierda, compitiendo con Podemos, está girando muy rápido, ahora se oponen al acuerdo con Canadá. Ese es un giro muy a la izquierda, está orillando al PSOE y lo está sacando del centro del tablero. Su objetivo es abrirse a la posibilidad de acuerdos con otras fuerzas y aislar al PP, crear un cordón sanitario, y achicar el espacio a Podemos. La consecuencia de ese movimiento es generar una tensión en su propio partido y dejarnos libre el centro. Ellos se escoran, nosotros tenemos que ocupar el centro político.

Y la consecuencia para las relaciones entre los partidos vascos?

-El PSE en Euskadi busca su comodidad y está cómodo en el Gobierno; la ventaja es que nadie les acusará de ser dogmáticos. Participan en todos los gobiernos, es verdad que en una posición subordinada, pero ahí están. De todos modos, a mí lo que me parece decisivo es mantener el diálogo y el entendimiento con el PNV, yo respeto mucho al PSE, pero aquí quien lidera el Gobierno es el PNV.