bilbao - El PNV continuó ayer negociando los Presupuestos estatales con el Gobierno de Mariano Rajoy, pero no espera que se produzcan grandes novedades este fin de semana. Todo apunta a que los jeltzales van a apurar los plazos al máximo hasta la votación de las enmiendas a la totalidad el jueves en el Congreso de los Diputados, con el objetivo de lograr el acuerdo más ambicioso posible y que pueda ser entendido por la sociedad vasca en plena ola de acusaciones de corrupción contra el PP. Las conversaciones están encarriladas tras los últimos avances registrados en relación al Cupo, la factura eléctrica de la industria vasca, las inversiones ferroviarias y asuntos competenciales, pero aún falta cerrar el pacto y el PNV quiere apretar hasta el final.
En Sabin Etxea tenían claro ayer que están asumiendo un riesgo importante para su imagen por negociar con Rajoy. No lo niegan. Reconocen que el PP es el partido peor valorado por los vascos, que es probable que las acusaciones de corrupción continúen y que, mientras tanto, el PNV va a salir en la foto con Rajoy. También consideran que les puede pasar factura la campaña de desgaste por parte de Podemos y EH Bildu. “Por eso apuramos al límite, para llegar al mejor acuerdo posible”, explican las fuentes consultadas.
Desde el PNV aseguran que fueron votados para defender la agenda vasca, con independencia del coste que suponga para su imagen pactar con Rajoy. Además, creen que la actual posición de fuerza que tienen en el Congreso es una oportunidad histórica y es posible que no se presente en el futuro: Rajoy gobierna en minoría y no puede contar con los socialistas, pero podría no ser así por mucho tiempo si las primarias del PSOE las gana Susana Díaz, más proclive al entendimiento. También existe el riesgo de que la legislatura se rompa y se convoque un adelanto electoral, ya sea por las acusaciones de corrupción o porque Pedro Sánchez gane las primarias y se dé paso a un escenario de consecuencias imprevisibles. El PNV ha calculado ya que una repetición electoral, además, no le beneficiaría, porque la campaña quedaría mediatizada por la actualidad estatal, los casos de corrupción y el discurso de Podemos para capitalizar el voto contra Rajoy en la comunidad autónoma.
Por ello, los jeltzales creen que su capacidad de influencia no va a durar eternamente y quieren cerrar un acuerdo con vistas al jueves. Es hasta entonces cuando sus votos van a tener valor. A partir de ahí, podría ser que no. La mala noticia para el PNV ha sido que, precisamente ahora, se ha producido un rebrote de las acusaciones de corrupción contra el PP.
El partido de Andoni Ortuzar asume que el riesgo de desgaste es muy real en este contexto. Pero tampoco entiende la campaña de la izquierda abertzale, que le ha acusado de blanquear la corrupción. El argumentario de Sabin Etxea para defenderse de esta crítica consiste en recordar que Sortu no plantea los mismos reparos a la relación con Rajoy cuando se trata de pedir un cambio en la política aplicada a los presos. “Lo que sucede es que, para la izquierda abertzale, es más importante su tema, el de los presos, en lugar del progreso y el bienestar para la sociedad vasca. Nosotros miramos por el conjunto de los intereses de la ciudadanía vasca, también por los intereses de ellos”, sostiene un portavoz jeltzale.
El PNV está convencido de que va a conseguir algo “histórico” en sus negociaciones. Por ejemplo, uno de los puntos es la actualización de la Ley Quinquenal del Cupo que lleva años caducada. Esta norma regula el dinero que debe pagar Euskadi al Estado por las competencias no transferidas. Son cantidades millonarias.