bilbao - Las relaciones entre el PP y la izquierda abertzale, ya de por sí complicadas, atraviesan ahora por uno de sus momentos más bajos. La campaña de Sortu contra la corrupción y la convocatoria de concentraciones ante las sedes del partido en las capitales vascas se ha recibido en el PP como un tic de los viejos tiempos. Los populares volvieron a denunciar ayer una “cacería” política contra sus siglas, y ven similitudes entre esta nueva campaña y las actitudes de hostigamiento que sufrieron en los años más oscuros de la violencia. Las concentraciones previstas para el martes no son el único motivo de fricción entre ambos partidos. Ya venían arrastrando varios enfrentamientos dialécticos en el Parlamento Vasco, donde la entrada del PP a la Ponencia sobre Memoria y Convivencia parece cada vez más lejana a la vista de los últimos acontecimientos. La insistencia de los populares en elevar al pleno cuestiones superadas o ya en marcha como la deslegitimación del terrorismo en las aulas ha sido recibida con el rechazo de todos los partidos, y también con un tono más duro por parte de EH Bildu, que en uno de esos debates puso paños calientes al homenaje a miembros de ETA.

El ambiente se ha caldeado con motivo del 80º aniversario del bombardeo de Gernika por parte de la aviación nazi con la autoría intelectual del bando franquista. La resistencia del PP a reconocer la responsabilidad del franquismo ha derivado en que EH Bildu lo acuse de tener vínculos con quienes bombardearon la villa. Los populares tampoco han apostado por la contención y han lanzado a la izquierda abertzale que decir eso es tanto como acusar a Maddalen Iriarte de ser descendiente de ETA. No ha contribuido al buen clima el reciente funeral del exministro franquista Utrera Molina, donde varios ultraderechistas entonaron el Cara al Sol ante un Alberto Ruiz Gallardón en apariencia impasible. Todo ello ha llevado a EH Bildu a endurecer su tono en sus comparecencias. El viernes acusó al PP de ser un partido corrupto, antisocial, autoritario y enemigo de la paz. Lo hizo Marian Beitialarrangoitia para justificar su enmienda a la totalidad de los Presupuestos, de manera que estas cuestiones de paz y convivencia están comenzando a filtrarse a los debates puramente económicos y están dificultando las relaciones a todos los niveles.

“otro día irán a por otros” El PP se toma esas declaraciones como un ataque y las lee con los anteojos de las décadas de violencia padecidas. La secretaria general de los populares vascos, Amaya Fernández, dijo ayer que las concentraciones previstas son “una cacería”, y emplazó al resto de los partidos a dar una “respuesta contundente”. En un acto de Javier Maroto en Barakaldo, habló de “persecución contra el PP vasco”. “La trayectoria de esta gente demuestra que hoy van a por nosotros, pero otro día irán a por otros”, sostuvo, para recordar que aún “no han condenado los asesinatos de más de 800 personas”.

Hay que puntualizar que, en realidad, pese a la legalización de Sortu y a avances como el desarme de ETA, las relaciones entre ambas partes no han llegado a normalizarse porque los populares siguen rechazando tener un encuentro con Sortu. En cuanto a la coalición EH Bildu, las relaciones son más fluidas por las dinámicas de trabajo parlamentario, donde han coincidido en algunas votaciones sectoriales.