GASTEIZ - Tras la primera ronda de contactos del consejero Pedro Azpiazu para buscar el apoyo de los grupos al proyecto presupuestario de este año, el Gobierno Vasco ve abiertas dos vías: la de EH Bildu y la del PP. El pacto con Elkarrekin Podemos se da por descartado porque la coalición morada propone una reforma fiscal exprés a través del Parlamento y no de las Juntas Generales, con un procedimiento previsto para emergencias como las inundaciones de 1983. EH Bildu también propone una reforma fiscal, aunque en ese caso el PNV ve margen para estudiar sus propuestas porque plantea seguir los cauces habituales y asume que esa reforma no tendría efectos en las Cuentas de este año. No obstante, las fuentes consultadas también aprecian serias dificultades para esbozar mínimamente una reforma fiscal en el mes que queda hasta la votación definitiva de las Cuentas el 11 de abril. Cabe recordar que PNV y PSE habían calculado que serían necesarios los primeros seis meses del año solo para hacer balance de la normativa vigente, aunque ese criterio es revisable. El obstáculo puede venir de los contenidos concretos, que podrían estar lejos de lo que planteen PNV y PSE.
El PP ha tratado de mostrarse como el partido más proclive a la negociación, y ha negado que esté intentando que el PNV le pague con la misma moneda facilitando las Cuentas de Rajoy. Antón Damborenea, Borja Sémper y Nerea Llanos se reunieron ayer con el equipo de Azpiazu, y le instaron a elegir porque los proyectos de EH Bildu y el PP “son antagónicos”. Damborenea cargó contra las subidas de impuestos porque no está dispuesto a “esquilmar a la clase media”.
Lo que también ha demostrado esta primera ronda es que las posiciones de los partidos están muy enfrentadas, y que las demandas de la izquierda y las del PP se parecen tan poco como el día a la noche y son difícilmente compatibles. Tanto EH Bildu como el PP han planteado las negociaciones en términos de exclusividad. Comienza a calar la idea de que el acuerdo no podrá ser tan amplio como hubiera deseado el Gobierno conformado por los jeltzales y los socialistas. Desde el punto de vista numérico, el proyecto vería la luz solo con que uno de los tres grupos de la oposición se abstuviera.
Los populares protagonizaron ayer la reunión más corta porque plantearon casi en exclusiva la necesidad de que se elija ya a un socio. Les bastaron unos cuarenta minutos para exponer esa condición y dar alguna pincelada genérica y sin cifras concretas sobre las ayudas a las familias y los emprendedores. Las fuentes del partido consultadas por este periódico apremiaron al Gobierno Vasco a elegir porque el tiempo corre y las enmiendas a la totalidad que se registren se someterán a votación el 30 de marzo.
LOS PARTIDOS, A ESCENA El nudo gordiano se encuentra en la reforma fiscal, porque EH Bildu y Elkarrekin Podemos la ven imprescindible para arañar más recursos del Impuesto de Sociedades y los tramos más altos del IRPF, mientras que el PP rechaza retocar el sistema. Es un asunto que corresponde a los partidos y las Juntas Generales, y no al Gobierno Vasco. Hoy mismo se reunirán el lehendakari, los consejeros Iñaki Arriola y Pedro Azpiazu, y los líderes de PNV y PSE, Andoni Ortuzar e Idoia Mendia, respectivamente.