bilbao - El PNV ha decidido endurecer el tono con el Gobierno español ante el empeño de sus portavoces en dar casi por sentado el acuerdo presupuestario con los jeltzales. El partido de Andoni Ortuzar ha dado un paso al frente para dejar ver que no sabe a qué obedecen las cábalas que ha realizado Madrid, y que no van bien encaminadas, porque el acuerdo está lejos y el precio que pondrán en las negociaciones será alto, según avisan. Desde el gabinete de Rajoy llevan varios días intentado hacer calar la idea de que la aprobación de los Presupuestos está cerca, y el propio presidente español se declaró ayer “moderadamente optimista”. Además, que el Gobierno vasco carezca de mayoría absoluta les ha llevado a pensar que el PNV será más receptivo en Madrid a cambio de que el PP haga lo propio en suelo vasco. Los populares de la comunidad autónoma alimentaban recientemente esa tesis, pero Ortuzar cree que es un “disparate”. Desde Sabin Etxea recuerdan que la relación con el PP vasco no existe.
Fuentes jeltzales explican a DNA que, a pesar de que tengan un canal de interlocución con Madrid, no ha servido aún para alumbrar ningún acuerdo ni sobre los recursos contra leyes vascas, ni sobre el Cupo o el tren de alta velocidad. Es más, lejos de mejorar, la situación ha empeorado con la confirmación del recurso contra la 26ª oferta pública de empleo de la Ertzaintza, o la sentencia en contra de las 35 horas semanales de los funcionarios vascos. En ese contexto, el PNV exige cambios y, más allá de que cesen las hostilidades, quiere traer a Euskadi “algo sustancialmente bueno” para justificar su apoyo a los Presupuestos. “Queremos tener lo máximo, máximo”, llegan a asegurar portavoces de Sabin Etxea.
Las negociaciones presupuestarias de Madrid aún no han comenzado en sentido estricto, y la tramitación no arrancará hasta febrero. De ahí que el PNV no comprenda de dónde viene la certeza de Rajoy. Ortuzar publicó ayer una batería de tuits para avisar de que la negociación aún no ha empezado pero que ya va por mal camino. “Lo vivido en los últimos días (más recursos) no allana el camino del entendimiento”, zanjó.
El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, coincidió casi literalmente al avisar de que “no avanza por buen camino”. En Radio Euskadi, matizó las interpretaciones que se han realizado sobre su reunión con su homólogo estatal, Cristóbal Montoro. El buen clima lo circunscribió en exclusiva a que tienen una relación personal fluida por los años acumulados de trabajo en el Congreso. “Ahora, no hay que confundir el clima personal con el político”, puntualizó.
Los cálculos que tiene en mente Rajoy pasan por superar a toda costa el trámite de las enmiendas a la totalidad para que el proyecto pueda llegar al menos a debatirse. Tiene la confianza de que, pasado ese trance, el debate de las enmiendas parciales será más sencillo y podrá encontrarse en políticas concretas con los socialistas, como ya ha sucedido en el pacto sobre el salario mínimo o el límite de déficit de las comunidades autónomas. Para el debate de las enmiendas a la totalidad es donde ha puesto la mirada en el PNV. La explicación radica en que, a diferencia de lo que sucedía en la investidura, ahora sí le basta con tener el aval de la mitad del Congreso, aunque empate con los votos negativos. Así es a tenor del artículo 88 del reglamento, en virtud del cual una medida que sea sometida a votación (en este caso, las enmiendas a la totalidad) decaerá si se produce tres veces seguidas un empate entre los votos a favor y los contrarios. En esos 175 votos quiere aunar al PP, Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV.
Azpiazu avisó de que “el clima político, en este momento, con el hecho de que Madrid está recurriendo o poniendo en cuestión muchas de las decisiones que adopta el Gobierno Vasco, no es el camino adecuado. Si Madrid quiere tener una relación más estable para entenderse con el PNV y con el Gobierno Vasco, tiene que poner bastante más de su parte”.