Barcelona - Tras la detención el pasado martes del concejal de la CUP en Vic, Joan Coma, acusado de incitar a la sedición, la formación anticapitalista apuesta por acelerar los plazos de procés y por adelantar la consulta prevista para septiembre a antes del verano. Los cuperos creen que esta es la mejor forma de hacer frente a los procesos judiciales a los que se enfrentan varios de sus militantes durante el próximo 2017. “A mayor judicialización, adelanto del referéndum”, pidieron ayer al president Puigdemont.
La dirigente de los anticapitalistas Anna Gabriel explicó que pide el adelanto del proceso soberanista para evitar situaciones como la detención de Coma, pero también ante juicios previstos para el próximo año como el de Artur Mas, que en febrero afronta un proceso en los tribunales por haber organizado la consulta del 9 de noviembre de 2014. “No creemos que el país tenga que ver a través de las noticias la condena o las posibles inhabilitaciones de cargos públicos y de personas que han tenido responsabilidades en algún momento”, expresó la portavoz parlamentaria.
Así, frente a los procesos judiciales a los que se enfrentan Coma, Mas y, con toda probabilidad, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, la CUP considera que convocar una consulta “cuanto antes” es la mejor respuesta a las autoridades españolas. “Hay motivos suficientes como para constatar que el Estado no tiene voluntad de abrir una mesa de diálogo y que, por tanto, nosotros vemos más que justificado el adelanto de la fecha del referéndum”, argumentó Gabriel.
En términos similares se pronuncio el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que respaldó la propuesta de la CUP de que la consulta se acelere, en caso de que los procesos judiciales abiertos deriven en inhabilitaciones de cargos políticos independentistas. “Soy partidario de que, si hay inhabilitaciones en masa, se avance”. Además, Rufián defendió que el referéndum no será como el 9-N y que tendrá consecuencias. “Al día siguiente pasarán cosas”, anunció.