Bilbao - El exsicario de los GAL condenado por el asesinato del ferroviario francés Jean Pierre Leiba en 1984 y detenido el pasado martes por la Guardia Civil tras abrazar la yihad, Daniel Fernández Aceña, mostró indicios en una conversación telefónica interceptada hace un mes por las fuerzas de seguridad de tener intención de “pasar a la acción” a través de una acción suicida.

La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela justifica en su auto de prisión que Fernández Aceña, natural de Irun y residente en Segovia, donde fue arrestado, había abandonado “su vida anterior de pecado occidental” para, después de viajar a países como Afganistán, Siria o Palestina, adoptar un modo de vida “más acorde con la interpretación rigorista del Islam”. La magistrada acuerda prisión sin fianza por delitos de terrorismo para el detenido, después de que la investigación haya acreditado que en agosto mostró “su intención de cometer un acto suicida en nombre de una organización terrorista yihadista”. Dicha inmolación podría haber tenido lugar en un autobús en alguno de los lugares mas turísticos de la ciudad.

En su escrito, Lamela destaca la labor enaltecedora del terrorismo yihadista llevada a cabo en redes sociales como Facebook, Twitter o Badoo o su estrategia para captar a individuos con problemas de toxicomanía y antecedentes de delincuencia común recurriendo para ello a abundantes contenidos de signo radical. En la conversación telefónica interceptada, Daniel Fernández Aceña, que pedía a terceras personas que no comentaran que tenía conocimientos del árabe, se refería a la rutina de las mezquitas de Segovia haciendo ver que estaban en “un país de infieles”.

También alude de forma imprecisa a que ha realizado “cosas” para organizaciones terroristas de carácter yihadista, “hablando de que en esos trabajos ha tenido que pegar un tiro”. Siempre según la versión que el detenido ofrecía a otras personas, su intención ahora sería “inmolarse en un autobús” porque así se garantizaría la “entrada directa al paraíso”. “Se han detectado en Daniel indicadores y perfiles que la doctrina y la casuística policial aportan sobre los denominados lobos/actores solitarios”, sostiene la juez, que pondera el riesgo de reiteración delictiva de quien ya fue condenado a 29 años de prisión por un asesinato de los GAL cometido en Hendaia. - E.P.