BILBAO - El primer escollo que tendrá de superar la ponencia parlamentaria que pretende abordar las cuestiones relativas a la violencia en el pasado y la convivencia presente y futura en Euskadi será el nombre con el que se bautice ya que de ello se desprenderán sus objetivos y enfoque. PNV y PSE han pedido, de forma conjunta, la creación de una ponencia de Memoria y Convivencia para lograr una sociedad “conciliada, en la que todas las víctimas reciban el reconocimiento y la reparación que merecen”, así como conseguir consolidar “sólidamente la paz y contribuir en la materialización del fin definitivo de ETA”. Esa denominación no convence a EH Bildu ni al PP, aunque coinciden en mantener la referencia a la convivencia. La coalición propone que también sea de Paz, ya que entiende que el conflicto no ha concluido a pesar del cese definitivo de la violencia de ETA. Y los populares plantean sustituir Memoria por Libertad, pues consideran que aún queda camino por hacer en ese terreno.
EH Bildu defiende la inclusión del término Paz en la denominación de la ponencia ya que las “vulneraciones de derechos humanos” que sufren los presos de ETA, así como las víctimas de “juicios políticos” y detenciones “arbitrarias”, evidencian que la situación de Euskadi “no puede decirse que sea” de pacificación. La coalición abertzale presentó ayer una enmienda de adición a la propuesta del PNV y el PSE, al considerar que es “incomprensible” que el texto registrado “deje de lado la reivindicación de la paz”. El parlamentario Julen Arzuaga afirmó, a través de un comunicado, que la Ponencia de Memoria y Convivencia que proponen jeltzales y socialistas debe denominarse de Memoria, Paz y Convivencia.
Arzuaga destaca que “no puede decirse que la situación que hoy tenemos en Euskal Herria sea de paz”, dado que “todavía se siguen vulnerando derechos fundamentales de mucha gente”. Como ejemplo, ha citado el caso de los presos y de sus familiares a los que se aplica una política penitenciaria “que solo busca satisfacer las ansias de venganza de los sectores más ultras del Estado español”.
Arzuaga considera que rechazar este planteamiento supondría una actitud “insolidaria”, puesto que “significaría que para algunos, una vez superada la violencia que les afectaba directamente, ni les importa ni existe la violencia que hoy padecen otras personas”. El parlamentario de EH Bildu destaca que la memoria “mira al pasado, a la necesidad de cerrar para siempre las heridas”, mientras que la paz “interpela al presente, a la obligación de trabajar para poner fin a las vulneraciones que hoy se siguen padeciendo”.
LEGITIMACIÓN DE LA VIOLENCIA La denominación y enfoque que propone el Partido Popular son totalmente diferentes a las de la coalición abertzale. Los populares presentaron ayer una enmienda de modificación en la que piden que el grupo de trabajo se llame Libertad y Convivencia, y que su objetivo sea “la deslegitimación social y política del terrorismo”. El portavoz parlamentario del PP, Borja Sémper, sostiene que el resto de los partidos, salvo EH Bildu, no deberían tener ningún problema en aceptar esa propuesta. “Queremos una sociedad que no legitime ningún tipo de violencia o terrorismo, pero nos encontramos que todavía hay una parte que sigue legitimando la violencia con fines políticos”, subrayó.
Por su parte, Elkarrekin Podemos sintoniza más con la propuesta planteada por jeltzales y socialistas. Hasta la fecha no se han posicionado sobre la denominación de la ponencia por lo que puede deducirse que no le encuentra demasiados reparos. En cuanto a los contenidos, admiten que hay muchos puntos de encuentro entre las partes, a pesar de que la coalición también ha presentado su propia enmienda a la totalidad a la Proposición No de Ley de socialistas y jeltzales. A su juicio, los ejes fundamentales de la ponencia deben ser la defensa de los Derechos Humanos y la deslegitimación de la violencia.
PNV y PSE plantean en su propuesta la necesidad de seguir “trabajando por la búsqueda, tanto de una convivencia conciliada, en la que todas las víctimas reciban el reconocimiento y la reparación que merecen, como de un conjunto de compromisos vinculados a los principios democráticos y los Derechos Humanos, aceptando, para ello, como punto de partida los consensos que con mayor alcance de pluralidad han sido logrados en los últimos años”.
El debate sobre la futura ponencia que durante la pasada legislatura se denominó de Paz y Convivencia se desarrolla en un momento en el que el lehendakari Iñigo Urkullu aún no ha revelado sus intenciones sobre la Secretaría General de Paz y Convivencia liderada durante la legislatura pasada por Jonan Fernández y que fue la encargada de dirigir y desarrollar las políticas públicas sobre esta materia. Todo apunta a que no habrá grandes cambios en la estructura de esta Secretaría General ni tampoco en quienes van a liderarlo. De ella pende la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos, regida por Monika Hernando.