MADRID - Cuestionado, reprobado por todos los grupos de la oposición y con una comisión de investigación pisándole los talones, pocos eran los que apostaban por la continuidad de Jorge Fernández Díaz al frente del Ministerio del Interior.

Hombre de confianza de Mariano Rajoy -por lo menos hasta ayer- , en su haber tiene el dudoso honor de ser el impulsor de la conocida como Ley Mordaza o de haber conspirado para investigar a los partidos soberanistas catalanes. Así, si el Congreso cumple con sus resoluciones, una comisión parlamentaria deberá investigar el supuesto uso político de la Policía para dañar a los partidos soberanistas catalanes. Para la historia han quedado las grabaciones de sus conversaciones con el ex director de la Oficina Antifrau de Catalunya, Daniel de Alfonso, en las que ambos hablaban de pruebas prefabricadas contra políticos catalanes como el ex alcalde de Barcelona Xavier Trias. Por lo que respecta al final de ETA, desde que la organización decretara hace cinco años el cese definitivo de sus actividades, Fernández Díaz ha tenido como mantra un único eslogan: “hasta que ETA no se disuelva, nada va a cambiar en la política penitenciaria”. Ajeno a todas las iniciativas que en ese sentido ha emprendido el Gobierno vasco, durante los cinco años en los que ha estado al frente de Interior ha cerrado cualquier vía de comunicación con los dirigentes de Lakua. Tal era el grado de desafección de Fernández Díaz, que los principales sindicatos policiales le catalogaron ayer como el “peor ministro” de Interior de toda la historia. Hay quien dice que debido a su ferviente vertiente católica, su anhelo sería convertirse en embajador del Estado español ante la Santa Sede, pero los aires de renovación encabezados por el papa Francisco, hacen que este militante confeso del Opus Dei tenga muy difícil encaje en Roma. Y para sustituirle, Rajoy opta por quien ha sido alcalde de Sevilla, Juan Antonio Zoido, un hombre que pese a esta faceta como político municipalista, es juez de carrera. A él le tocará gestionar, entre otros asuntos, la política penitenciaria. - Javier Núñez