Iruñea - ¿Tienen ya elaborados los Presupuestos de 2017?
-Este miércoles posiblemente presentaremos el anteproyecto y el objetivo es aprobarlo en tiempo y forma antes del 31 de diciembre. Será un presupuesto inteligente, mesurado y austero, pero sobre todo serio y riguroso.
¿Habrá dinero para asumir todos los compromisos deseados?
-La financiación es fundamental, pero no es la única herramienta. El éxito de un proyecto político está en saber encauzarlo en el terreno de lo pragmático, y en eso estamos. Esta semana por ejemplo el consejero de Salud anunciaba que algunas pruebas médicas se harán en fin de semana. No es costoso, pero puede traer una mejora en los ratios de la sanidad importantes.
Pero sin financiación, resulta difícil.
-El pasado año aprobamos una reforma fiscal que va a tener su efecto en 2017. No fue una decisión fácil, pero se impuso la cordura, la sensatez y la responsabilidad política, y eso nos ha permitido aumentar en 180 millones el techo de gasto respecto a 2016. No es mucho, pero es más de lo que ocurre en nuestro entorno.
¿Está descartada una nueva subida de impuestos?
-Puede haber matizaciones pero no grandes cambios. Primero hay que analizar bien cómo funcionan las medidas que aplicamos el pasado año, y va a ser en 2017 cuando se va a notar en impuestos como el de Sociedades o el de Patrimonio.
¿Tiene asegurada ya la aprobación del Presupuesto?
-Llevamos un tiempo hablando con el cuatripartito. Nos hubiera gustado haber empezado antes, también para sondear al resto de grupos políticos, pero la circunstancia económica general y la situación política del Estado ha hecho que hayamos tenido que aprobar el techo de gasto a última hora. En cualquier caso, queda tiempo para hablar y corregir.
¿La renovación del quinquenio es ahora el gran reto del Gobierno?
-Es un reto que viene desde hace tiempo. Desde 2010 se ha producido una caída de los ingresos exponencial al aumento de la transferencia al Estado que ha desvirtuado la aportación anual. Cualquiera lo ve, pero el informe que ha elaborado la Hacienda Foral lo deja muy claro.
¿Nafarroa ha estado pagando entre 100 y 250 millones de más al Estado?
-No creo que haya que afrontar el debate en estos términos. Nunca, y esto lo quiero dejar claro, nunca hemos pagado nada fuera de la ley. El problema surge a partir de 2015, y ahí sí es donde hay que aplicar con datos actualizados. Según Hacienda, Navarra debe pagar en una horquilla que va desde los 341 millones y los 494, según el Estado asuma todas o ninguna de nuestras demandas. Y el pasado año pagamos 590 millones. Las cifras son claras.
¿Planteando públicamente las cifras no se corre el riesgo de simplificar el debate?
-Es un ejercicio de responsabilidad que afrontamos desde la solidaridad con el Estado. Por eso la horquilla es amplia, porque asumimos que hay muchas cuestiones que se pueden rebatir. Y lo hacemos con lealtad. Con la misma lealtad con la que hemos actuado hasta ahora. Pero de la misma forma que vamos a ser muy firmes y exigentes en la defensa de una herramienta por la que Navarra debe contribuir lo que le corresponde. Ni más ni menos de lo que la responsabilidad y la sociedad con el resto del Estado nos exige. La aportación de Navarra debe ser justa y acorde con su realidad económica y competencial.
¿Como es su relación con el PSN?
-Normalizada. Me gustaría pensar que nos vamos a encontrar en muchos asuntos en los próximos meses, tal y como está ocurriendo ya en el Parlamento.
¿Eso puede poner en riesgo la mayoría de 26 parlamentarios?
-No, nunca. Nuestra apuesta siempre ha sido sumar 33 votos, pero sin renunciar jamás a los 26 que firmaron el acuerdo programático. No me gustaría perder este tesoro por nada del mundo. Pero si somos capaces de sumar a otras fuerzas en ámbitos sectoriales, será muy bienvenido porque ayudará a consolidar el cambio.
Ayer dos guardias civiles y sus parejas eran agredidos en Altsasu. ¿Es solo un hecho aislado?
-Precisamente tuve la oportunidad de visitar ayer en el hospital a las personas agredidas, a quienes trasladé la condena de lo sucedido, algo que nos repele de manera radical. No se puede iniciar un camino de paz desde la ruptura de la convivencia. Pero no creo que sea acertado hacer categoría del suceso. Es una actuación punible que hay que esclarecer, pero que no representa a la sociedad navarra ni alsasuarra.