- La familia del presunto dirigente de los Comandos Autónomos Anticapitalistas José Miguel Etxeberria, Naparra, desaparecido desde 1980, ha pedido la reapertura de esta causa en la Audiencia Nacional al disponer de datos “concretos” sobre el lugar de Las Landas francesas en el que pudo ser enterrado. El abogado de la familia, Iñigo Iruin, y el médico forense Paco Etxeberria, acompañados por Eneko Etxeberria, hermano de Naparra, y por representantes de la Fundación Euskal Memoria, explicaron ayer en Donostia que, según las “nuevas referencias”, el cadáver del joven navarro está enterrado en una zona de arboleda de robles.

Iruin comentó que se trata de una localidad ubicada al norte de Mont-De-Marsan, es decir, a una distancia de poco más de una hora de Ziburu, el lugar en el que desapareció Naparra, cuyo secuestro y asesinato fue reivindicado hasta en cinco ocasiones por el Batallón Vasco Español. El abogado anunció que la familia presentó ayer mismo ante la Fiscalía y el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional sendos escritos para solicitar la reapertura de la causa al disponer de estas “referencias concretas” sobre el lugar en el que creen verosímil que esté enterrado José Miguel Etxeberria.

Estos datos les han sido facilitados por el periodista Iñaki Errazkin, quien obtuvo la información de una tercera persona, una “fuente confidencial” de nacionalidad española, residente en un país suramericano en el momento en el que se produjo la entrevista.

Nuevos datos relevantes Según relató Iruin, esta fuente manifiesta que “tuvo relación con las actividades de terrorismo de Estado desarrolladas contra ETA y otras organizaciones a finales de los años 70 y principios de los 80 o, al menos, con las personas que lo ejecutaban”. El periodista se puso en contacto con Iruin en diciembre de 2015 para comunicarle la zona en la que, según la referida fuente, podrían estar los restos de Naparra, aunque fue en junio de este año cuando Errazkin pudo facilitarle ya datos más concretos y “documentación” que “da soporte” a estas “referencias”. En este momento se realizaron diferentes gestiones, entre ellas el encargo de un informe al prestigioso forense Paco Etxeberria, que determina que el escenario descrito “existe”.

Iruin explicó que, con este escrito, se reunió con el fiscal jefe de Baiona para analizar las posibilidades de reabrir el procedimiento sobre este caso, archivado en 1982 por la justicia gala, aunque su respuesta fue negativa dado que los hechos ya han “prescrito para la jurisdicción francesa” por lo que le recomendó recurrir a la Audiencia Nacional. Se da la circunstancia de que en 1999 la familia de Naparra, ante el temor de que los hechos pudieran prescribir, interpuso una querella en la Audiencia Nacional, que correspondió al Juzgado Central de Instrucción número 2, que fue archivada pero gracias a la cual se “interrumpió la prescripción” del caso. Iruin opinó que los datos aportados ahora tienen la “suficiente relevancia” como para justificar la “reapertura de la causa” y reconoció que “generan una razonable esperanza” sobre la posibilidad de localizar los restos mortales de Joxe Miel Etxeberria. Deseó que este “descubrimiento” permita obtener también “nuevas evidencias orientadas a la determinación de la autoría” de la muerte de este presunto miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Confió también que en estos hechos permitan el “reconocimiento de la familia como víctima del terrorismo”, algo que le ha sido negado en dos ocasiones. El forense Pacto Etxeberria explicó que el informe que ha elaborado, que es “descriptivo y poco interpretativo”, evidencia que el “escenario descrito existe” y apunta a la necesidad de que los hechos sean investigados. Etxeberria destacó la importancia de que la fuente informante asegure también que el joven Joxe Miel Etxeberria fue “asesinado”. El hermano del desaparecido agradeció “de corazón” las muestras de cariño recibidas en estos 36 años y ha dicho que “no hay tortura más cruel y prolongada que la que sufre la familia de un desaparecido”. - DNA/Efe