Palma - El caso Nóos comenzó el 20 de julio de 2010, cuando se abrió la pieza separada sobre el instituto de Iñaki Urdangarin y Diego Torres dentro del proceso por presunta corrupción conocido como Palma Arena, y terminó ayer con el juicio visto para sentencia tras 5 años, 11 meses y 2 días.
Casi seis años han pasado desde que el juez de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, dictó el auto que abrió esa pieza 25 hasta que la presidenta del tribunal de la sección primera de la Audiencia de Palma que juzgó el caso, Samantha Romero, dio por zanjada la vista oral.
Por medio ha transcurrido una intrincada instrucción judicial plagada de registros, autos, imputaciones, recursos, informes, correos electrónicos y desfiles por la rampa de los juzgados de Palma en el juicio más mediático que se recuerda, por la histórica presencia de un miembro de la Casa Real, la infanta Cristina, en el banquillo de los acusados.
Todas las cifras del proceso son superlativas: si el sumario superó los 76.000 folios, el juicio alcanzó las 61 jornadas desde que empezó el pasado 11 de enero, en una vista oral que dejó centenares de horas grabadas en vídeo. Tras las declaraciones de los 17 acusados, un total de 299 testigos dieron su testimonio ante el tribunal, bien fuera en persona o por videoconferencias desde Houston, Florencia, Estrasburgo o Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Acusaciones y defensas, a cada lado del tribunal, pusieron en aprietos a algunos testigos con poca memoria. Manos Limpias pidió al tribunal que se plantee si actúa contra once de ellos por posible falso testimonio. Por las pantallas de la sala han pasado centenares de facturas, decenas de fotografías y una docena de cartas que se mostraron a encausados y testigos, una y otra vez.
Unos 590 profesionales de 84 medios de comunicación se acreditaron para cubrir el juicio, aunque el interés ha ido decreciendo a medida que avanzaba el proceso, con jornadas en las que los dedos de una mano sobraban para contar la presencia de informadores. - Efe