Bilbao - Rajoy está centrando su campaña electoral en presentarse como antídoto contra los supuestos gobiernos radicales de izquierdas que echan por tierra el progreso económico, y contra los que propician la ruptura de España. Una senda que le ha llevado de manera inevitable a recuperar la bandera de las víctimas y el discurso antiterrorista. Cuatro años y medio después del cese de ETA, y cuando el discurso sobre el terrorismo ya no era el principal reclamo del PP, la formación volvió a presentarse ayer como “el partido de la defensa de las víctimas del terrorismo” y avisó de que no va a tolerar que Arnaldo Otegi, recientemente excarcelado tras cumplir su condena por el caso Bateragune, “se pasee por España como si fuera un gudari”, en palabras del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, en un acto en Jaén. En una visita a Durango, Rajoy fue más allá y extendió su crítica a los parlamentos vasco y catalán por haber aplaudido a Hasier Arraiz y Arnaldo Otegi, respectivamente. “Podrán aplaudirle, jalearlo, reunirse y reírse de mucha gente, pero no tendrán nunca la razón legal ni la razón moral”, lanzó el presidente en funciones.

Rajoy se expresó en esa clave en una de las convenciones organizadas por el PP de la comunidad autónoma para preparar las elecciones vascas de octubre. En esta ocasión, la temática del encuentro era la libertad y la convivencia, y no se presentó ninguna propuesta novedosa ni se dejaron ver matices en el discurso. Es más, se apreció un retorno a los planteamientos más duros del PP. Las jornadas coincidieron con la entrega del Premio Jesús María Pedrosa en recuerdo al edil del PP asesinado por ETA en junio del año 2000, un galardón que se dedicó a todos los concejales de la formación en suelo vasco. En ese contexto, era obligado que Rajoy pronunciara un discurso más emotivo y duro de lo habitual en materia de paz.

Cabe recordar que el PP había perdido meses atrás parte de su ascendencia entre determinados colectivos de víctimas por no haber forzado la ley para evitar las excarcelaciones tras la derogación de la doctrina Parot. Poco a poco se ha ido reconciliando con ese sector, sobre todo evitando que se descuente a los presos la pena cumplida en Francia.

Rajoy contrapuso la actitud de quienes tuvieron la “lucidez moral” de apoyar la causa más justa y rechazar equidistancias, y la actitud de los parlamentos vasco y catalán. “Algunas instituciones [en alusión a la reciente visita de Otegi a Catalunya] albergan a personas que, como Arnaldo Otegi, han causado tanto sufrimiento y daño, por lo que solo podemos redoblar el compromiso y afirmar que ni los terroristas ni sus cómplices se verán legitimados nunca. Con honrosas excepciones, homenajearon a quien nunca respetó la democracia, la libertad y los derechos de los demás, y con su actitud despreciaron a las víctimas, sus sentimientos y los de una gran mayoría de españoles. Se rindieron a la CUP y a los extremistas en algo que supone otro nuevo mal precedente”, dijo.

Despedida de Arraiz Sobre la despedida de los parlamentarios vascos a Arraiz, inhabilitado dos años por el caso de la Mesa de Segura, criticó a los representantes de la Cámara porque “aplaudieron a quien ha tenido que dejar de ser parlamentario por ser inhabilitado por la justicia por pertenecer a ETA”. “Podrán aplaudirle, jalearle, reunirse y reírse de mucha gente, pero no tendrán nunca la razón legal ni la razón moral”, concluyó. - M. Vázquez