bilbao - El grupo disidente de Sortu plantea la posibilidad de crear un partido político que aglutine a los sectores de la izquierda abertzale descontentos con la deriva de la formación liderada por Arnaldo Otegi. Portavoces y seguidores de este colectivo denominado Askatasunaren Bidean comparecieron ayer públicamente en Bilbao para presentar las bases de la asamblea o proceso constituyente de lo que pudiera ser una nueva formación política.

Los promotores de este movimiento empezaron a reunirse el pasado mes de enero y desde entonces debaten sobre la posibilidad de organizarse políticamente, aunque según precisaron de momento no han debatido expresamente sobre las opciones de dar el salto y constituirse en partido político. Una posibilidad que, en todo caso, no descartaron ayer e incluso la dejaron abierta. “En las asambleas que mantendremos en los próximos meses puede salir esa posibilidad y, en su caso, salir adelante, o no”, señaló en declaraciones a este diario Fernando Lizeaga, uno de los portavoces de Askatasunaren bidean.

Lizeaga, junto con Patxi Eskisabel y Joel Sistiague, todos ellos expresos de ETA, fueron los portavoces de la rueda de prensa en la plaza Arriaga de Bilbao en la que este colectivo anunció la creación de Askatasunaren bidean y dieron cuenta de sus intenciones futuras. En la mesa estuvieron acompañados de la histórica militante y expresa de ETA Agurtzane Ezkerra, y Ion Iurrebaso, quien fuera miembro del aparato de interlocución del gobierno con la organización armada entre 2005 y 2007 y lugarteniente de Josu Urrutikoetxea en el intento de conversaciones en Noruega entre la banda armada y el Gobierno español.

Tras la mesa, medio centenar de antiguos presos y huidos de ETA secundaron la comparecencia portando en la mano el documento fundacional de la iniciativa. Entre ellos se encontraban el exrecluso Elías Fernández Castañares o Sendoa Jurado, miembro del Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión, también conocido como ATA, (una especie de la antigua Gestoras Pro Amnistía) que hasta ahora ha sido el único grupo que ha dado voz y forma a la disidencia de la izquierda abertzale.

Durante su intervención realizada en euskera, francés y castellano, los portavoces no mencionaron expresamente a Sortu pero sus críticas tuvieron como destinatarios al Gobierno español, al que reprocharon su actitud represiva, y a la formación liderada por Otegi, al que tampoco citaron aunque sí se refieren a él con un irónico “líder supremo del reformismo”.

De este modo, calificaron a la actual dirección de la izquierda abertzale de “reformista y oportunista” por su apuesta por integrarse en el “sistema capitalista” de España y Francia y la comparan con Euskadiko Ezkerra. Asimismo, descalificaron su deriva política ya que la asimilan a una “rendición ante el enemigo nacional” y, además, consideran que los pasos “unilaterales” que está dando Sortu no son más que una “cesión por la cara” en sus postulados.

Por todo ello, los escindidos se sienten “huérfanos políticamente”, motivo por el que aseguran haber dado el paso de crear otra organización. Y añaden que “estamos pasando “vergüenza” y que no se sienten identificados por la izquierda abertzale. “Que haya ausencia total de lucha armada no significa que nos tenga que tirar a los brazos del enemigo”, reprochó Lizeaga a la formación de Otegi al tiempo que reivindicó su derecho .

Como objetivos se marcan “mantener la dignidad de la lucha y hacer frente a todos los intentos de reescritura de la historia del pueblo trabajador vasco”, un concepto que recuperan frente al término “sociedad vasca”, que rechazan.

Lizeaga también rechazó la posibilidad a día de hoy de retomar la lucha armada. “Somos capaces de mantener una lucha mucho más digna sin armas”, subrayó. Preguntado sobre esa posibilidad, dijo que en las reuniones que han tenido “no se ha planteado ni una sola vez el retorno a la utilización de las armas o de tirarnos al monte; es mentira, que quede definitivamente claro a todos”, apostilló.

Las referencias de este grupo al colectivo oficial de presos (EPPK) son escasas y carentes de crítica. Los reclusos en las cárceles aún no se han pronunciado claramente sobre la recomendación de la izquierda abertzale de acogerse a las vías legales y los beneficios penitenciarios que los disidentes rechazan de plano.