madrid - El PP ha difundido un nuevo vídeo de precampaña en el que utiliza los 12 gobiernos autonómicos sostenidos por PSOE y Podemos para alertar de lo que supondría un “gobierno extremista” para España: “estampida de empresas”, “subida masiva de impuestos hasta cotas históricas”, burocracia, “riesgo para la unidad de España”, “división de los españoles” y “ataque a los símbolos constitucionales”.
El vídeo, una infografía de 2.20 minutos de duración, contrapone la supuesta buena gestión en los territorios en los que gobierna frente a la mala praxis de aquellos en los que gobierna el PSOE. La iniciativa, lanzada para avivar la precampaña, les acusa de enchufismo, despilfarro, subidas de impuestos y paro y dividir España.
Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadura, Catalunya, Nafarroa, Asturias, Canarias, Cantabria y Andalucia están en el lado negativo de la balanza, en los que se ubicarían los ejecutivos de PSOE y Podemos -aunque algunos de ellos están dirigidos por los socialistas con apoyo de Ciudadanos- que han ejercido con la “terrible obsesión” de “derogar” las reformas efectuadas por el Ejecutivo de un Rajoy que, en un acto electoral en Mallorca, insistió ayer en que el 26 de junio “hay mucho en juego” y, a modo de ejemplo, citó la “consolidación de la recuperación”.
El PP compara la situación en las autonomías de los “supuestos gobiernos del cambio” con aquellas en las que gobierna. “Estampida de empresas con la salida de cientos de compañías”, subidas “de forma masiva de los impuestos hasta cotas históricas” y el “disparado” incremento del paro frente a una tendencia estatal a la baja son algunos de los argumentos.
El PP pone como ejemplo su labor al frente de Madrid, Castilla y León, Murcia, Galicia y La Rioja. Son feudos autonómicos que constatarían el buen hacer popular con medidas encaminadas a reactivar el tejido económico, a pesar de que la formación popular ha tenido que “bailar con la más fea” ejerciendo su labor en plena recesión.
Pero además, acusa a estos gobiernos de poner en riesgo la unidad de España -con infografía de Catalunya desgajándose de España-, “propiciar la división de los españoles” y atacar los símbolos constitucionales, como la “retirada del busto del Rey emérito” del Ayuntamiento de Barcelona. También les acusa de enchufar en las administraciones a sus parientes y amigos, despilfarrar el dinero público y negar la libertad de elección de los padres para la Educación de sus hijos al reducir la educación concertada. Y frente a ese “modelo extremista y radical que pone en serio peligro la recuperación económica” el PP defiende que existe “otro modelo de país, el que funciona, el de la España moderada que representan la mayoría de los españoles”.
En esta línea, el presidente del Gobierno español en funciones, cargó duramente contra los acuerdos entre PSOE y Podemos tras las elecciones municipales y autonómicas de hace un año y que han promovido gobiernos “débiles, peleados entre ellos, paralizados, dedicados a mirar para atrás y con la obsesión terrible de derogar las reformas del Partido Popular.