zestoa - Tal día como hoy en 1980 ETA asesinó en Zestoa a Ceferino Peña, dueño de un taller de carrocerías al que los terroristas confundieron con otra persona. 36 años más tarde, el ayuntamiento de la localidad guipuzcoana y los vecinos de los barrios de Arroa Behea y Narrondo rindieron ayer un homenaje a la víctima, de cuyo asesinato “por error” se disculpó la banda armada posteriormente. Según explicó el alcalde, Josetxo Mendizabal, las autoridades y los zestoarras “saldan” así la “deuda pendiente” que mantenían con Peña y sus familiares.
Tras una misa en recuerdo de la víctima y un acto en la plaza con música y poesía, los asistentes han homenajeado a Ceferino Peña con una ofrenda floral y con la inauguración de un monolito en el denominado Rincón de la Memoria del barrio de Arroa Behea, junto al ya existente en este espacio en memoria de Joxe Mari Korta, expresidente de Adegi asesinado por ETA y amigo íntimo de Peña. En el mismo lugar se encuentran también monumentos dedicados al histórico militante comunista Marcelo Usabiaga y a los republicanos víctimas de trabajos forzosos en los alrededores de Zestoa tras finalizar la Guerra Civil.
En el acto de recuerdo se dieron cita decenas de personas, entre ellas familiares del asesinado, encabezados por su viuda y su hija, Cristina Peña. También estuvieron presentes la exdirectora de la Oficina de Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa; el periodista víctima de ETA, Gorka Landaburu; la jeltzale Maribel Vaquero, varios ediles de EH Bildu en Zestoa y algunos familiares de Joxe Mari Korta y de Marcelo Usabiaga.
En una intervención que ha tenido que interrumpir en varias ocasiones a causa de la emoción, el alcalde de Zestoa pidió a las nuevas generaciones que tengan “presente a donde lleva la sinrazón de la violencia” y recordó que Ceferino Peña y Joxe Mari Korta eran “gente normal, vecinos que intentaron trabajar para mejorar nuestra vida”. Josetxo Mendizabal señaló además que los asesinatos de los dos empresarios “no tienen respuesta”. “Se ha hablado de la socialización del sufrimiento, pero ¿han tenido que caer tantos para llegar al punto donde nos encontramos?”, se preguntó el alcalde, que advirtió también de que “se están construyendo puentes” en favor de la convivencia pero que “son débiles y pueden caerse”. En ese sentido, Mendizabal defendió que “entre diferentes sensibilidades es posible la unión, el trabajo en paz y mirar al pueblo que es de lo que se trata”.
Finalmente, Estibaliz Korta, sobrina del expresidente de Adegi, leyó un texto redactado por Cristina Peña, hija del homenajeado. En el escrito, Peña traslada un mensaje de esperanza y señala que “sin odio, sintiendo el dolor de todos, poniéndose en el lugar del otro, se aprecia que camino” hacia la paz y la convivencia “está cada día más abierto”, al tiempo que insta a trabajar para que la violencia no vuelva a repetirse, “porque eso nadie lo merece ni lo mereció”. Una foto en la que aparecen juntos Ceferino Peña y Joxe Mari Korta presidió el acto de recuerdo en el que amigos, asociaciones y vecinos han rendido homenaje a ambos. Los organizadores han querido resaltar el carácter “esperanzador” y “optimista” de las dos víctimas.
“error” irreparable Peña fue asesinado la tarde del 16 de mayo de 1980, cuando tres miembros de ETA le dispararon en varias ocasiones mientras trataba con un cliente en su taller de carrocería. Sin embargo, el verdadero objetivo de los terroristas era un industrial del mismo barrio de Zestoa. La banda reconoció posteriormente en un comunicado el “error irreparable” y solicitó “comprensión” al “pueblo trabajador vasco”. Se trata de una de las pocas ocasiones en que ETA ha admitido una equivocación en un crimen.