gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, se mostró ayer convencido de que la proliferación de casos de corrupción que se percibe en otros puntos del Estado no forma parte de la realidad vasca. En su opinión, en Euskadi “no hay corrupción generalizada vinculada a las administraciones públicas” o a los principales partidos con representación institucional, sino “casos puntuales que necesitan ser esclarecidos”.
La reflexión del jefe del Ejecutivo autonómico formó parte de la respuesta que ofreció en el Pleno de control que albergó ayer el Parlamento a una pregunta de UPyD relacionada con el caso De Miguel, una vez que el fiscal de la Audiencia Provincial de Álava hiciera pública la semana pasada la abultada petición de condena para el que fuera número dos del PNV en el este territorio, así como para otros exdirigentes jeltzales implicados en esta presunta trama delictiva.
Ante la pregunta del único parlamentario de la formación magenta, Gorka Maneiro, sobre si Sabin Etxea se vio beneficiado económicamente por esta supuesta trama, el lehendakari acusó a su interlocutor de “difamar y denigrar” sin “ni siquiera dejar actuar a la Justicia”.
Urkullu recordó que ante la apertura de este caso y la detención del que era miembro del Gobierno foral dirigido por el PNV, la reacción del entonces diputado general, Xabier Agirre, y del partido fue “diligente, inmediata, contundente y ejemplar”. “Abrió una forma de proceder que se ha ido imponiendo”, añadió el jefe del Ejecutivo autonómico, quien en aquella etapa ocupaba la presidencia del Euzkadi Buru Batzar. - A. Abaitua