madrid- La falla abierta esta semana en el PP a raíz del expediente contra la exalcaldesa Rita Barberá y todos los concejales populares durante el pasado mandato por la operación Taula ha puesto de nuevo a Mariano Rajoy en una complicada situación. De hecho, sus propios colaboradores le han rectificado por su protección y comprensión de la ahora senadora que se resiste a dejar su cargo público. El presidente del Gobierno español en funciones fue preguntado insistentemente ayer por los periodistas sobre el expediente informativo abierto a Barberá pero esquivó todas las preguntas, mientras Javier Maroto cargaba de nuevo contra la exregidora valenciana. “Solo quiero decir en el día de hoy que me alegro muchísimo de que el partido haya expedientado a Rita Barberá y a los concejales valencianos. Es una decisión que las bases entienden perfectamente”, señaló el vicesecretario Sectorial del PP. En la misma línea se expresó ayer la portavoz del partido en la CAV, Laura Garrido, que consideró “insuficientes” las explicaciones de Barberá, y le reclamó “una reflexión profunda” porque “está haciendo mucho daño al partido”.

Rajoy participó en la clausura de la convención del PP sobre crecimiento y empleo que se celebró en Madrid y su única referencia a la corrupción fue muy vaga. Se limitó a alertar de que “la incertidumbre política por la falta de gobierno, la demagogia y algunas de las cosas que están viendo pueden poner en peligro muchas cosas, como la confianza en la economía española”.

Los cargos públicos y dirigentes del PP presentes en el acto se esforzaron en escenificar un cierre de filas y negar que exista “división” dentro del partido en relación con la lucha contra la corrupción, después de que la víspera salieran a la palestra varios portavoces que, de alguna manera, desautorizaron la reacción inicial del presidente en funciones sobre las palabras de Barberá, señalando que se había quedado “tranquilo” porque la exalcaldesa accedió a ir a declarar voluntariamente ante el juez.

Pese a que públicamente son escasas las voces cualificadas del PP que cuestionan a Rajoy tanto en su capacidad para luchar contra la corrupción como para liderar el partido y el próximo Ejecutivo español, internamente cada vez son más las críticas que traslucen por su incapacidad de detener los numerosos casos de corrupción que afectan al partido en los últimos tiempos, así como por la estrategia desplegada desde las elecciones generales del 20 de diciembre de cara a poder optar a la investidura como presidente del Gobierno.