GASTEIZ - No será cuestión de correr, pero deberán actuar con rapidez y escaso margen de maniobra. Solventado el corto plazo con la elección de la nueva dirección de Podemos, la formación morada deberá encarar un largo plazo más complejo hasta las elecciones autonómicas, que podrían desarrollarse en octubre. Serán unos meses “vertiginosos”, tal y como una de las caras más conocidas de Aurrera Begira resumió recientemente sobre el horizonte que se le avecina. Subidos a la ola de ser la primera fuerza en las generales de diciembre pasado, y fijado el objetivo en desbancar al PNV de la hegemonía, la elaboración de un programa solvente se sumará a la compleja elección de un candidato de calibre.
Ello implica un ingente trabajo que, sin embargo, desde Podemos se han mostrado dispuestos a asumir. Volver a las dinámicas de los círculos para disponer de un diálogo aún más profundo con las bases, la horizontalidad en la toma de decisiones o la disposición de un modelo organizativo más ágil -dejando por ejemplo de lado la consigna de un responsable, un puesto- son algunos de los puntos básicos a aplicar para una formación que fue la opción preferida en la CAV en las elecciones generales de diciembre. Trasladar esa demostración de fuerza, principalmente cosechada ganando terreno por la izquierda a EH Bildu y el PSE, al próximo mes de octubre es la consigna. Pero antes deberán perfilar no solo las caras -con opciones de integrar a independientes con perfil contrastado para subirse al proyecto de Podemos en Euskadi-, sino el ideario más concreto con el que se presentarán. Para la candidatura a lehendakari, suena Garbiñe Biurrun, presidenta de la sala de lo social del Tribunal Superior vasco. Lo que está claro es que Podemos es sabedor de que“juega un papel fundamental en la política vasca”. Y lo jugará. - I.F.