madrid - Los cuarenta diputados de Ciudadanos darán el “sí quiero” al candidato socialista a la investidura, Pedro Sánchez, después de negociar con el PSOE un pacto para un Gobierno reformista, que recoge, según C’s, el 80% de su programa, pero que por ahora no tiene la aritmética para salir adelante.
A la sesión de investidura llegan con un acuerdo de legislatura impreciso en muchos aspectos con el que buscan sumar a derecha e izquierda los escaños que les faltan y, de hecho, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, argumenta que se trata de un proyecto que podría asumir el PP sin problemas pero también Podemos porque está pensado para la gran mayoría de los ciudadanos. No obstante, su papel en la sesión del Congreso será sobre todo intentar atraer la “abstención” de los populares y por eso pedirá al presidente en funciones, Mariano Rajoy, que tenga sentido de Estado y facilite un Ejecutivo que pueda poner en marcha una segunda Transición. E intentará sumar a Rajoy a pesar de que el presidente ya le ha dado un no rotundo por escrito y se ha negado a ver al líder de Ciudadanos antes de la investidura. Con esta reunión, Rivera contaba para adelantar antes de mañana ese trabajo de presión sobre el líder del PP, a quien estos días trata de convencer de que solo hay dos opciones posibles para gobernar el país con los números que hay. O la que quiere Podemos, que defiende la vía “rupturista”, como insiste en asegurar Rivera, o la que ofrece el acuerdo PSOE-C’s, de base “constitucionalista” y en la que Rivera ve que el Partido Popular encaja perfectamente.
Si en su primera intervención el presidente de Ciudadanos se centrará fundamentalmente en defender ese pacto suscrito con los socialistas, en la réplica lo que le tocará seguramente es defenderse de los golpes más que probables de Rajoy, que ahora también le ha incluido entre los destinatarios de sus ataques.